Según parece hay un gordo capitalista en algún lugar llamado “mercado” que está impactado por las Huelgas Generales que se montan en su contra. Y también parece que los alemanes sufren mucho cuando ven como los griegos se destrozan a sí mismos, y eso les va a hacer más proclives a seguir dándoles dinero indefinidamente. Los niños mimados se hacen daño a sí mismos, para castigar a sus padres. Lo malo es cuando al “padre”, el daño que tú te hagas no solo no le afecta, sino que además le reafirma en su opinión.
Las huelgas generales no me parecen ni bien ni mal. Me parecen algo peor: innecesarias. Nada aportan y mucho restan. Son un juego más entre dos facciones de poder, y a su gloria nos instrumentan.
Me preocupan mucho más las “Huelgas Personales”. Porque son cotidianas, silenciosas y mortales. Ese 25% de absentismo en determinados hospitales, esos 2450 funcionarios de Madrid que se reincorporan
de su baja “milagrosamente”. Por cierto ¿sabéis que la Comunidad de Madrid tiene 150.000 funcionarios en plantilla? y así donde quiera que mires ¿cuantas huelgas generales hace eso al año?
Pero todavía me resultan más inquietantes otras cifras. Con las últimas subidas en rentas, el tipo impositivo en España se pone a la altura de Suecia o Finlandia: 56%.
Y lo que te dejan, tampoco es para ti, si eres tan inocente que decides ahorrarlo, y suponiendo que encuentres dónde hacerlo, después se lo llevarán con el patrimonio y la herencia. ¿Qué sentido tiene trabajar? ¿Qué sentido tiene esforzarse para hacer más o generar riqueza? Hay gente que le da dinero a Hacienda, y gente que le cuesta dinero a Hacienda. Si los primeros deciden ponerse en huelga personal ¿qué van a hacer los segundos?
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