Las condiciones materiales de los trabajadores en la Unión Soviética no sólo eran más miserables que en el mundo capitalista. Sus derechos, además, estaban recortados (en realidad no tenían ninguno), pero la máquina de agit-prop nos modela lo que debemos recordar y lo que no. Pienso en esto al hilo de lo que cuenta Spufford en Abundancia roja, el heterodoxo acercamiento a la economía rusa. A principios de junio de 1962, veintiséis personas, (trabajadores, mujeres y niños) fueron asesinados primero y desaparecidos después a manos de las fuerzas armadas del Estado soviético en Novocherkask, una ciudad sureña ubicada cercada de Rostov del Don. Los ejecutados iban desarmados y se manifestaban de manera pacífica reclamando mejoras en los salarios a la vez que protestaban contra la subida de los precios. El Estado soviético hizo desaparecer sus cuerpos y prohibió a sus familiares cualquier indagación sobre sus restos.
PS: unas semanas antes, en la España sometida a la dictadura franquista hubo una huelga obrera en Asturias. Busquen los muertos, busquen...