Un estudio de la Fundación Conjunto Paleontológico de Teruel-Dinópolis, la Universidad de Zaragoza y la Universidad de Salamanca ha permitido obtener nuevos datos del histórico yacimiento de Los Corrales del Pelejón, ubicado en la localidad turolense de Galve (Teruel).
El sitio, descubierto en la década de los 80, fue el primer yacimiento con icnitas (huellas fósiles) de dinosaurios descrito en la provincia de Teruel y uno de los primeros de España.
Ahora, el artículo que se publica en la revista Palaeogeography, Palaeoclimatology, Palaeoecology ayuda a conocer cómo son las icnitas en 3 D (tres dimensiones) y sus orientaciones, a qué tipo de dinosaurios pertenecen y cómo era el paisaje por el que caminaron estos animales hace unos 140 millones de años. Se sabe, también, que ese entorno tuvo una gran influencia en la orientación que hoy se descubre en los rastros fósiles.
En Los Corrales del Pelejón existen más de 40 icnitas distribuidas en siete rastros. Seis de ellos pertenecen a dinosaurios terópodos (carnívoros), con tres tamaños diferentes (con longitudes de las icnitas de entre 15 y 38 cm). Hay también un único rastro con pisadas de unos 35 cm producido por un dinosaurio Oblitosaurus bunnueli, encontrado en Riodeva (Teruel). ornitópodo (herbívoro), posiblemente emparentado con el recientemente definido
En el estudio se concluye que los dinosaurios pisaron en la misma superficie y que fueron coetáneos. La superficie del lugar era de arenas muy finas acumuladas en el fondo de una laguna efímera de muy poca profundidad, desarrollada en la llanura de inundación de un río, cerca de su curso.
En estas arenas se reconocen, además, ondas dejadas por el oleaje generado por el viento, así como marcas producidas por pequeños invertebrados, y que se han identificado como típicas de estos ambientes.
La mayoría de los dinosaurios carnívoros se movían aproximadamente paralelos entre sí, pero con diferentes sentidos. Esta orientación es similar a la de las ondas dejadas por el oleaje, por lo que estos dinosaurios andaban, posiblemente, en paralelo a la orilla de la laguna. Por el contrario, el dinosaurio ornitópodo caminaba perpendicular a estos.
Asimismo, mediante diversas fórmulas matemáticas, se ha calculado que los dinosaurios se desplazaban caminando, a pesar de que este tipo de animales podía correr a grandes velocidades. En este sentido, la velocidad calculada varía entre los distintos rastros, oscilando entre 5 y 8 km/hora.
Con todo ello, lo interesante es que se puede descartar que los dinosaurios carnívoros caminaran juntos como parte de una manada, por lo que se estima que eran individuos solitarios.
Del Jurásico al Cretácico
El análisis detallado de las icnitas abre una nueva línea de investigación en torno a cómo fue el cambio de faunas en el tránsito entre el Jurásico y el Cretácico (hace unos 145 millones de años).
Las icnitas de los dinosaurios carnívoros se parecen a las icnitas del Jurásico encontradas en otras partes de Europa. Sin embargo, las icnitas de ornitópodo son más parecidas a las encontradas en la base del Cretácico europeo.
Esto posibilitaría entender si hubo un cambio considerable o no en las faunas de dinosaurios entre los dos periodos.