NUESTRA OPINIÓN...
Sarah huye en el coche con su madre de los nazis escondida debajo del salpicadero. De pronto el coche termina frenando y cuando levanta la vista ve a su madre desplomada y con la cabeza contra el volante. Hay sangre. Mira a su madre a los ojos y se da cuenta de que ya no está allí. Le cuesta salir de allí y cuando lo hace sabe que no debe mirar dentro del coche, no debe mirar a su madre, no debe mirar lo que la bala ha hecho en la nuca de su madre. Es doloroso pero sabe que no se puede quedar allí, tiene que seguir escapando.Aquí comienza una huida que ni ella misma imagina donde la llevará.
Sarah hace tiempo que no llevaba una vida fácil. Al ser judía tuvo que dejar de asistir al colegio y a su madre que era artista, dejaron de contratarla para que se subiera a los escenarios. Desde entonces fue ella la que se encargó de su educación, enseñándole cosas que no venían en los libros de texto y que no eran las que se aprendían en la escuela, pero que a ella le servirán para mucho más de lo que pudiera imaginar.
Porque en esa huida que ha emprendido las cosas no van a ser nada fáciles, aunque ese aspecto de aria, que debe a un padre que ha renegado de ellas, hasta ahora no le ha servido de nada, puede empezar a serle útil en la aventura que emprenderá junto al Capitán Floyd, al que conocerá mientras escapa de una manera totalmente accidental.
Sarah es una joven solitaria y que no le queda otra que echar mano de sus emociones tanto tiempo encerradas y de todos aquellos trucos que le enseño su madre para enfrentarse a un peligro que nunca llegó a imaginar para poder luchar por sobrevivir. Una joven huérfana que tendrá que pasar por ser monstruo y actuar como espía para poder permanecer con vida.
Con una prosa ágil, sencilla y muy visual Matt Killeen nos narra una historia en la que al principio me costó entrar pero que remonta y, la acción, el suspense y la tensión, hacen que el interés del lector vaya en aumento.
No hace mucho comenté en una novela con una ambientación parecida que me había faltado la emoción que se le presuponía a una historia así, y en este caso me ha vuelto a suceder. Como dije en aquella ocasión, esto puede ser algo totalmente subjetivo, pero es algo que he vuelto a echar en falta y para mi resulta importante en una novela de esta temática.
Una novela en la que se pone de manifiesto la "supuesta" educación que se daba a los jóvenes afines al partido que en realidad no era más que una maquinaria de crear fervientes nazis al servicio del partido y del Fürher; la opulencia en la que vivía el nazismo no siempre era tal y había casos en los que todo era pura fachada; el horror del mismo, el pogromo, el acoso, la necesidad de demostrar que eran superiores y buscar la limpieza de sangre que no siempre no era tal, así como lo peor que se puede anidar en el ser humano. Pero a la vez es una novela en la que también tiene cabida la amistad, la compasión y hasta la lealtad.
Huérfana, monstruo, espía es una novela que se lee con facilidad, una lectura agradable aunque los temas que trata son duros, en la que no nos faltará la intriga y el suspense.
FICHA DEL LIBRO