Si me preguntaran si soy islamófoba, seguramente la respuesta sería sí. Para los que no siguen el blog con frecuencia, esta primera frase que he escrito es razón suficiente para salir del blog y no volver a él. En cambio, los que sí me leen con asiduidad y saben la opinión que tengo yo de la religión, esto no les parecerá tan raro; es más, seguro que os parecerá hasta obvio. También es cierto que podríais preguntaros: de acuerdo, estás analizando la Biblia y estás viendo que es muy perniciosa, ¿pero acaso te has leído el Corán para decidir si ya lo desprecias también o no? En primer lugar, no me hace falta leer el Corán (que lo voy a hacer) para darme cuenta de que voy a leer las mismas extravagancias de la Biblia; y en segundo lugar, porque gracias a la lectura de un libro llamado Guests of the Sheik (Huéspedes del Sheik) he podido ver cómo la religión condiciona la vida de los musulmanes desde los años 50 en prácticamente cualquier ámbito. Nada parece haber cambiado desde entonces. Sin embargo, no voy a ser injusta. Si bien no he cambiado mi opinión sobre el mundo islámico tras haber leído este libro, sí que he suavizado muchos de los prejuicios que antes tenía y que soy consciente que venían de un sentimiento etnocéntrico.
La autora del libro, Elizabeth Warnock Fernea, cuenta cómo fue la estancia durante dos años de ella y su marido en un pequeño pueblo de Irak, con el fin de hacer un estudio etnográfico sobre las costumbres del país. El contexto de la historia data de 1956, y como habréis adivinado, el shock cultural es inminente nada más poner un pie en tierra iraquí. Este gran contraste cultural tiene que ver sobre todo con la reacción de los hombres al verla sin el velo puesto, y con la segregación por sexos en cualquier ámbito.
Desde mi punto de vista, la historia de Fernea tiene un valor añadido en cuanto a objetividad a la hora de describir su experiencia conviviendo con mujeres musulmanas, un punto a favor que reconozco que ayuda a eliminar ciertos prejuicios sobre el mundo musulmán. Muchas de las ideas preconcebidas tiene que ver con los harenes, y con las mujeres viviendo juntas. Desde la perspectiva occidental, percibimos esto como un gueto, o como una manera de limitar la libertad de las mujeres. Pero hay sorpresas, porque a lo largo de la historia lo que nos va a quedar muy claro es que los lazos entre el grupo de mujeres son incluso más importantes que los lazos entre marido y mujer.
En esta etnografía hay algo muy importante que dice muchísimo acerca de cómo funciona la influencia de la cultura, y es que para las mujeres de El Nahra (así se llama el pueblo iraquí) Fernea es una pobre mujer, porque ni tiene hijos, ni oro, ni madre. En este punto, Fernea experimenta un conflicto cultural muy importante, porque esas mujeres la miran con la misma lástima con la que ella las mira a ellas. A sus ojos, Fernea es una persona sin recursos, sin protección, y eso le causa un efecto muy importante porque se da cuenta de lo importante que son las relaciones entre ellas y lo fuerte que es la influencia de estas mujeres.
Seguiré hablando sobre este último punto en la siguiente entrada.
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Fuente de las imágenes:
https://www.amazon.com/Guests-Sheik-Ethnography-Iraqi-Village/dp/0385014856
http://www.elarsenal.net/2009/02/02/iraq-la-guerra-necesaria/