El viaje en auto es un temón para toda persona que, de pronto, lleva a niñ@s en su vehículo. Lo primero, y a lo que está dedicado el primer post de la temática, es a dónde van sentados lxs chicxs.
Aunque no haya una ley como en otros países, cada vez son más los bebés argentinos (sobre todo los porteños) que viajan en el huevito. Es lo más seguro. Aunque llore un poco, si el huevito está bien sujetado al asiento del auto, el niño no se caerá... a lo sumo quedará un poco afónico de llorar hasta que la persona que maneja pueda parar el auto, estacionar, dar la teta o la mamadera, cambiar los pañales si ocurrió un desastre, hacer un mimo y continuar viaje.
Los huevitos sirven desde que el bebé nace hasta los 20 kilos aproximadamente (muchos bebés dejan el huevito muuuucho antes de alcanzar ese peso). Van en el asiento de atrás, nunca en el de adelante, y se ponen de manera tal que el niño mire hacia el respaldo del asiento del auto.
El huevito lleva una base, que es lo que queda siempre en el auto y, generalmente, el huevito también sirve para el cochecito. Entonces, al bajar del auto, sacamos al bebé directamente en el huevito y lo apoyamos en el cochecito.
¿Cuándo pasar al niño a la butaca? Cuando no entra más en el huevito, o cuando notamos que se aburre demasiado mirando el respaldo (hay juegos para poner allí y retrasar un poco ese momento, cosa que nos de tiempo de ahorrar un poco para el próximo paso).
Butacas las hay de precios diversos y con muchas funcionalidades (algunas se reclinan un poco, en algunas los niños transpiran mas que en otras, dependiendo del material del que estén hechas). Pero lo primordial es que el niño o la niña, que ya tiene más de seis meses, viaje segurx, agarradx y protegidx, mirando para adelante. Siempre en el asiento trasero y bien atado (él o ella a la butaca, y la butaca al asiento del auto).
Las butacas también están destinadas a chicxs de un peso determinado (consulte el manual de su butaca). Claro que algunos alcanzan dicho peso al año y otros cumplen 10 años sin haberlo alcanzado.
¿Cuándo dejar la butaca? He notado que algunos chicos piden no ir más en butaca, sobre todo si tienen hermanos mayores. En otras oportunidades, son los padres los que sacan la butaca porque ocupa lugar, porque tienen niños más pequeños que necesitan el espacio para el huevito o porque cansa un poco subir y bajar, atar y desatar, al pequeño cada vez que sube y baja del auto.
Es aconsejable que, al dejar la butaca, se pase al booster o al arnesito (o primero a uno y luego a otro).
Una de las acepciones de la palabra “booster” en inglés es elevar. La ventaja, pues, del booster es seguir manteniendo elevado al niño. Que pueda mirar por la ventana y que le quede bien el cinturón de seguridad del auto. Hay booster con respaldo y apoyacabeza y otros que sólo vienen con el asiento, como un escalón que se pone en el asiento del auto.
La desventaja del booster es que sigue ocupando lugar en el auto. Aquí la principal ventaja del arnesito. Si querés, lo llevás en la cartera y lo ponés hasta en el taxi. Se pasa por la cinta del cinturón de seguridad del auto. El niño se puede mover pero, ante un impacto, lo frena el cinturón. ¿Ventajas? Fácil de transportar, no ocupa lugar, sirve para cualquier auto al que se suba el niño. ¿Desventaja? Lo recomendamos para chicxs a lxs que ya se les puede explicar que tienen que ir serntadxs en el auto, y lo hagan. Sirve hasta los 45 kilos.
Me contó la mamá de un compañerito del jardín de mi hija que, en el verano, hicieron un viaje en auto al sur y ella les puso arnesito a sus dos hijos (nena de 7 y nene de 4) y, en el medio del asiento, puso esos almohadones con forma de pirámide para que se acostaran y durmieran cómodamente. Y resultó.
Mi experiencia personal. Después de la butaca nos prestaron un booster que usamos más de dos años, de los tres a los cinco años de Ana. En el verano alquilamos un auto que venía con arnesito (Ana tiene cinco años y medio) y al volver a nuestro auto, compramos uno. Cuesta alrededor de $150.
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