Revista Espiritualidad

Humanidad

Por Tara


HUMANIDAD

HUMANIDAD La Humanidad es una forma de vida diseminada por los universos en diversos niveles de conciencia; por lo tanto, no se limita a los mundos concretos o a la superficie de algún planeta. Penetrar estos diversos niveles es una de las metas de la evolución humana terrestre, impulsada en los individuos que se preparan para ello. Según la Psicología Esotérica transmitida por Alice A. Bailey, la humanidad de la superficie de la Tierra expresa tres etapas evolutivas básicas:  la de quienes no despertaron a la realidad interna (denominados centellas oscuras); la de los seres receptivos a la realidad interna y que tienen intención de colaborar con la evolución (denominados luces vacilantesy la de los que viven conscientemente la realidad interna (denominados radiantes Hijos de la Luz). El mito de los Doce Trabajos de Hércules describe, simbólicamente, las fases por las cuales el ser humano terrestre pasa después de ingresar en la segunda etapa. La humanidad constituye, para la evolución de este planeta, un eslabón imprescindible, ya que puede canalizar hacia los reinos infrahumanos las energías enviadas desde reinos espirituales y divinos. Por representar al yo consciente de la Tierra, desempeña un papel fundamental en la determinación de las leyes que regirán cada ciclo planetario. Su evolución repercute en todos los reinos. Por lo tanto, su función es alcanzar niveles de vida superiores. Como el hombre perdió de vista su verdadero destino - la evolución supramental - la situación planetaria llegó al presente estado de desarmonía. El ser humano no existe para hacer cosas ni para poseerlas, sino para ampliar su conciencia y unirse a la Fuente de la Vida. Su evolución se intensifica cuando, además de asumir tareas positivas en beneficio de los demás, él cumple lo previsto en el Plan Evolutivo, es decir, expresa también en el mundo externo la propia realidad interna. A partir de allí tiene una función social plena y relaciones auténticas.   Según el Agni Yoga, existen dos tipos de humanidad: uno es capaz de comprender el principio constructivo de la Jerarquía; el otro, lucha incansablemente contra toda aproximación de la Jerarquía. Se ve hasta qué punto esa humanidad rechaza los consejos de la Jerarquía. Se logra modificar ese nivel de desarrollo - o de ignorancia - sólo mediante pruebas en el mundo sutil. Únicamente allí se consigue percibir el pensamiento especial y sentir la irrevocabilidad de la infinitud de la Jerarquía. No se debe imponer la Jerarquía a quienes no pueden aceptarla. El hombre con cierta experiencia responderá de inmediato a una palabra sobre la Jerarquia, pero los retrógrados no la aprenderán. La humanidad tiene un papel en la purificación y reconstrucción de la Tierra, actualmente llevadas a cabo bajo la regencia de Jerarquías excelsas, y que se encuentran inmersas en un vórtice de energía que sutiliza toda la esfera planetaria. Unen la vida espiritual y divina con la vida concreta y material para realizar el propósito logoico en este ciclo; un gran potencial energético ha sido canalizado por las Jerarquías en esa dirección. Cuando la conciencia humana se polariza en el nivel anímico, sus obras y tareas evolutivas corresponden al cumplimiento de la meta planetaria. Cuando se polariza en el cuerpo de luz, abarca propósitos evolutivos de varios planetas y colabora en su realización; cuando se polariza en el nivel monádico, pasa a contribuir directamente en la vida solar y a expresar sus caraterísticas sublimes. Fuente: LÉXICO ESOTÉRICO, de Trigueirinho

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