Humanizar la empresa

Ya sabes que soy de las personas cuyo propósito es cambiar el mundo, que no es más que el escenario de nuestra vida soberana y el marco necesario de nuestra felicidad. También sabes que el mundo –nos guste o no- no es más que la unión de personas que -como tú y como yo- proyectamos nuestras luces y nuestras sombras personales y lo conformamos tal cual es. Pero el tiempo me ha enseñado que primero debemos cambiar nosotros para encontrar la mejor vida que merecemos y que es, compartiéndola con los demás, como logramos día a día un mundo también mejor.

Pero el mundo ya tiene una estructura, expertise y dinámica propios, aunque a veces dejen mucho que desear. Y ahí radica la necesidad de comprometernos cada uno de nosotros con nosotros mismos y con los demás, logrando así el cambio. Pienso también que el mundo hay que cambiarlo desde dentro y que eso no significa más que cambiar el sentido que lo inspira y lo mueve. Y qué mejor que hacerlo con sus propios recursos y herramientas. Y si hay una organización humana suficientemente fuerte y desarrollada –hasta el punto de llegar a ignorar al ser humano, en muchos y lamentables casos- esa es la empresa. No hay que luchar contra la empresa tal y como hasta ahora la conocemos y hemos creado, sino que debemos introducir nuestros valores en ella y así dotarle de un sentido nuevo, propio y diferente, abandonando los ya arcaicos patrones empresariales. Y este es el mejor momento para iniciar este camino, precisamente cuando los viejos esquemas y hábitos están sucumbiendo a su propia degradación, cuando no, a su ya endémica corrupción. Hay que abandonar la vanidad, la autoridad demasiadas veces irrazonable, prepotente y tóxica, el consiguiente y supuesto progreso que ignora la humanidad y sostenibilidad, además del alto coste de recursos naturales, como ejes esenciales de su presunta evolución y desmedido crecimiento económico.

Hoy y cada día más, la evolución de las empresas como organizaciones productivas y de desarrollo personal, económico y social deben reencontrarse con los valores humanos que las crearon y las hicieron evolucionar. Es su única salvación! Y eso pasa por cambiar a las personas que intervienen en las empresas y por cambiar la organización en busca de un sentido no solo lucrativo, sino humano, ético y, por tanto, respetuoso con el Medio Natural. El ser verdaderamente humano del futuro, nuestro entorno social y la Tierra nos lo agradecerán.

Como seguramente sabes, he trabajado como consultor estratégico de empresas e instituciones de todo tipo desde el 1986. Desde siempre intenté inculcar valores humanos y éticos en ellas, aunque por ello hace unos años fuera tildado de transgresor o, simplemente, se me ignoró. Un directivo de una gran compañía multinacional cliente mío me confesó una vez que “había equivocado mi llegada a este mundo anticipándome, porque las empresas aún no estaban preparadas para entender y aceptar mis propuestas y sugerencias de innovación hacia el cambio y la mejora ética y social”. Creo sinceramente que ese momento del cambio ya ha llegado, aunque sea porque las empresas arcaicas -y el Sistema que las acoge y protege- están llegando a su final, si no hacen por remediarlo. Deben esforzarse e invertir energía para empezar un nuevo ciclo, una nueva Era en la que el ser humano, el crecimiento sostenible y la preponderancia de los nuevos paradigmas -como la innovación, la ética y la gestión del cambio y de la diversidad- son ya, con toda seguridad, la única solución posible para un Sistema demasiado autocomplaciente, insolidario, destructivo y poco ético, lo que hasta ahora sostenía un presunto estado del bienestar, hoy seriamente cuestionado y amenazado.

Hoy muchas personas conscientes de ello –no solo ciudadanos, contribuyentes, profesionales o consumidores, como han sido considerados hasta ahora- ya imponen cada día más sus valores esenciales en su entorno personal, social y profesional. No desean crear, trabajar o colaborar con empresas no alineadas con sus propios valores humanos, ni tan siquiera consumir sus productos y/o servicios. Y esta es ya la revolución discreta y paulatina que ahora empieza, de manera firme, irrenunciable e imparable.

Como muestra, un botón! En Barcelona, los próximos días 24 y 25 de octubre tendrá lugar el I Congreso internacional del Nuevo Paradigma organizacional, te invito a descubrirlo.

Más información: http://evolutioncongress.com

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