En el post anterior (ir) analizábamos lo que es estar de buen humor y tener buen humor, y señalábamos que el ingrediente fundamental de verdadero buen humor es la positividad, el optimismo, las ganas de hacer cosas…Pero además al buen humor hemos de añadirle un último componente: el equilibrioY es que nuestro estado de ánimo puede oscilar entre dos extremos: el del “mal” humor y el del humor “excelente”. El mal humor se correspondería con el estado de ánimo irritable pero también el estado de ánimo depresivo, el que nos convierte en personas infelices. El humor excelente, en cambio, es el de la euforia excesiva; lo que en psicología se denomina manía y que nos convierte en personas demasiado optimistas, fantasiosas y carentes de autocrítica.
Por tanto el verdadero buen humor, el humor razonable, es mantenerse centrado entre ambos extremos; en una franja en la que, al margen de los altibajos que podamos sentir como consecuencia de nuestro día a día, podamos vivir en equilibrio. A esto se le denomina euritmia.
Por cierto que, como recordaréis, ya en otro post os hablábamos de la ciclotimia (ir), como un trastorno del estado de ánimo. Pues bien, a la vista de lo que acabamos de mencionar hoy, y a grandes rasgos, la depresión bipolar sería un trastorno del estado de ánimo en el que la persona que lo padece oscila entre lo que hemos llamado mal humor y el humor excelente, es decir, entre los períodos de depresióny los períodos de manía. Por su parte, la ciclotimia sería, efectivamente, una forma más leve de trastorno bipolar, en la que esos períodos serían más cortos y de menor intensidad.
¿Cómo se gesta el humor de cada uno?¿Por qué unos tienen mejor humor que otros?
El humor a menudo se gesta en la propia infancia.Si desde pequeños nos enseñan a afrontar los problemas con entereza, con lógica, relativizando lo malo… entonces aprendemos a tomar las riendas de nuestra vida, a intervenir en nuestro destino. Porque cuando no ocurre así, cuando nos sobreprotegen demasiado, o cuando nuestros padres reaccionan con angustia, enfadándose o buscando culpables, entonces crecemos pensando que todo lo que nos ocurre forma parte de algo que no podemos evitar, una especie de destino contra el que es inútil luchar. Y esto es lo que en psicología se llama indefensión aprendida, y que tantas veces desemboca en la depresión.
¿En qué clase de personas se convierten esos niños?
En personas masoquistas, que se culpan a sí mismas de todo.En personas paranoicas, que se sienten incomprendidas y piensan todo lo contrario, que la culpa siempre es de los demás.En personas maníacas, eufóricas, que se niegan a poner los pies en la tierra y se creen invencibles, capaces de todo…O todo lo contrario, personas depresivas, nihilistas, incapaces de encontrar en la vida nada positivo que les motive.
¿Cuál debe ser, por tanto, nuestro objetivo para con nuestros hijos, para con nosotros mismos?
Convertirnos en personas equilibradas Hacer las paces con la realidad.La vida ni es siempre un drama ni es siempre una comediaA menudo somos infelices porque no sabemos que somos felices. Porque nos empeñamos en querer que nuestra vida sea distinta sin saber exactamente qué es lo que queremos, sin aprovechar lo que ya tenemos.Y no se trata de conformismo, sino de aceptación.De aceptar que…
póster diseñado por Adarve Photocollage, retoque fotográfico
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Algunos libros que podrían interesarte:El arte de amargarse la vidaautor: Paul Watzlawick (ver)
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