Revista Comunicación

Hunger: Ce I Ene E, CINE

Publicado el 26 octubre 2015 por La Cara De Milos La Cara De Milos @LacaradeMilos
Hunger: Ce I Ene E, CINE

Con mayúsculas. No hay otra forma de definir la ópera prima de Steve McQueen, (2008). Me pilló con Shame (2011), su segunda película: la inconfesable historia de un adicto al sexo. Después ya llegó 12 años de esclavitud. Por ello no tardé en investigar y hacerme con Hunger, la cinta que inició su filmografía (tiene seis cortos a los que aún no he podido hincarles el ojo).

Hunger: Ce I Ene E, CINE

Y he de reconocer que con sus películas (en Hunger ya se aprecia todo el estilo que desarrolló después) este director inglés se ha convertido ya en uno de mis cineastas favoritos, sobre todo debido al autístico aroma que impregna su obra, esa forma de narrar en la que el mutismo más absoluto solo se ve interrumpido por el ruido mundanal, un sobresalto en el guion o por alguna conversación beligerante, ese que aparece en Shame y que también han utilizado otros de sus compañeros de profesión como el danés Nicolas Winding Refn ( Valhalla Rising, Drive, la trilogía Pusher). En Hunger, esto produce un efecto verdaderamente sobrecogedor. Otro de los grandes aciertos de Steve McQueen es el de utilizar el metraje justo y necesario, huyendo de aburridas parrafadas cinematográficas sin sentido y ofreciendo películas directas en las que nada sobra: ningún plano, ningún diálogo, ningún sonido...

Hunger: Ce I Ene E, CINE

Hunger es poesía, poesía en imágenes y en muy pocas palabras. Bella, tremendamente bella, a pesar de lo sucio y oscuro que nos cuenta: la huelga de hambre de los presos del IRA de 1981, liderada por Bobby Sands, y a la que precedió una huelga de desnudo y una huelga de limpieza. Todo a base de planos en los que casi se puede oler la miseria y la podredumbre humanas, así como la brutalidad demofascista del gobierno británico de Margaret Thatcher. Como es habitual en las películas sobre el conflicto del Ulster, se toma un punto de vista favorable a la causa irlandesa, sin olvidar, por supuesto, la ferocidad del IRA y sus asesinatos. Entre el reparto, hay que destacar al maravilloso, genial y fantástico Michael Fassbender, que nos conmueve, nos estremece y nos arrastra con su impecable interpretación de Bobby Sands.

Solo puedo decir una cosa más: tenéis que verla, y punto.

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