El gobierno de Hungría, país poco más grande que Andalucía, con diez millones de habitantes y enormemente dependiente de la UE desde su adhesión en 2004, reta a la misma Unión plantando alambradas fronterizas para impedir el paso de refugiados e inmigrantes del medio oriente y aceptando concederle asilo únicamente a los cristianos.
La izquierda califica de fascista a ese gobierno presidido por Viktor Orban, miembro del Partido Popular europeo, como el PP español.
Pero sus portavoces se justifican alegando que el país sufrió invasiones musulmanas, como la otomana, que ocupó gran parte del territorio entre 1541 a 1699, y que propició más choques posteriormente.
Los húngaros todavía recuerdan la dictadura comunista, fruto de otra invasión reciente, la soviética desde 1949 hasta 1989; aunque ellos antes habían invadido la URSS con los nazis, tras unirse al Eje.
Fue en Budapest donde el embajador franquista Ángel Sanz Briz salvó... PULSE EL ENLACE DE ABAJO PARA SEGUIR LEYENDO Y VER A SALAS...