Revista Cultura y Ocio

Hunter S. Thompson: La maldición de Lono (2):

Publicado el 12 mayo 2016 por David David González

Durante una de esas discusiones, el rey Lono golpeó a su reina con tanta violencia que la mató sin querer. El fallecimiento de Kaikilani lo sumió en una desesperación tan profunda que abandonó sus responsabilidades regias y se dedicó a vagar por las islas, organizando una serie de combates de boxeo y lucha libre en los que se enfrentó a todos los participantes. Por lo visto, se cansó pronto y se retiró sin haber perdido nunca, más o menos a finales del siglo VIII o IX. Luego, aún aburrido y desconsolado, se marchó en una canoa mágica para visitar "las tierras extranjeras", de las que volvería, según prometió, en el momento adecuado.
Hunter S. Thompson: La maldición de Lono (2):
Yo lo miré a los ojos, sacudí la cabeza y volví al puente para sacar una barra. Era la primera vez que el capitán Steve probaba la mescalina, y me di cuenta de que le estaba llegando al cerebro. Por la confusión de sus ojos, supe que no se acordaba de que se había llevado nuestro último frasco de estimulantes cuando se lanzó al agua con la bombona de oxígeno para asegurar la cuerda del ancla, que ató a una piedra del fondo, a más de veinte metros de profundidad. Se lo había metido en el bolsillo del bañador, y yo se lo quité cuando volvió al barco y me bebí la mitad de la amarga y salada mezcla de un trago. Ackerman, que comprendióo de inmediato la naturaleza de la tragedia, se bebio el resto.
Hunter S. Thompson. La maldición de Lono. Editorial Sexto Piso, 2016.
Traducción de Jesús Gómez Gutiérrez.

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