A ver quién es el guapo que niega lo del cambio climático. Vale que la temporada de huracanes se ha vivido siempre pero la de este año no parece muy normal. Ahora mismo ya no se si apuntarme a eso que contaban los agoreros sobre catástrofes naturales que avisarían que el planeta estaba cerca de hacer ¡BOOM!. Es para planteárselo porque las catástrofes se suceden terremotos, huracanes, Trump, Corea del Norte, Rajoy, ISIS… Espantos por todas partes. Pero los que se llevan la palma son los americanos, entre terremoto y huracanes más salvajes de lo habitual, puestos en fila india, (como en la cola del paro de septiembre) no les da el cuerpo para sustos y eso que con Trump ya andaban listos, pobres. Todos hemos visto imágenes por la tele, tantas que a muchos de nosotros nos ha parecido que encendíamos la TV y empezaba a notarse cierto vientecillo en el comedor de casa (me decían que el ventilador tenía algo que ver, pero claro, aceptarlo quitaría la gracia de la cosa). Hasta a Trump parece que se le haya cambiado el pelo ese tan raro. Pero ya que hablamos de Irma y su familia, ¿verdad que parece que los huracanes haya aparecido, de repente en USA sin pasarse antes por otros sitios como Cuba? Nos cuentan todos los desastres que han pasado en Ford Laureade, en Los Cayos y en todos esos sitios donde conducen rancheras, hacen surf y tienen casas modernas. Pero¿Y en La Habana? Parece una tontería pero no es lo mismo que se te lleve el viento en Miami o en Tampa que en el Malecón, Las Tunas, Camagüey o Ciego de Ávila. Hasta para esto hay clases y clases.
Volviendo a lo de las catástrofes y huracanes. No me diréis que no es como para ponerse a gritar aquello de ¡Arrepentirossh que el mundo se acabaaa!si te encuentras con que hay varios chalados dispuestos a hacernos la vida imposible (en sentido literal) en este planeta. Cuando leáis esto no se si ya estaremos en un mundo pos-apocalíptico, a lo Mad Max, patrocinado por alguno de los pepinos de Corea del Norte o por una machada de Trump en un intento de demostrar quién la tiene más grande, porque al final se trata de eso y de nada van a valer las “sanciones” de Naciones Unidas. No hemos evolucionado casi nada desde las cavernas, seguimos aclamando al matón del patio y eso condiciona mucho. Tanto que no se si temer más a que se me lleve el huracán de turno o a que nos desintegren de un bombazo.
Pero todo eso puede que nos quede muy lejos, parece que hasta que no tengamos el fregado en el descansillo de casa no sea urgente. Estamos a punto de que un huracán se lleve por delante el país tal y como lo conocemos pero continúan diciendo que no pasa nada. Nos cuentan que lo de Cataluña es un problema político con cuatro gatos pero, ¿nos lo podemos creer? Eso de simplificar las cosas tanto no suele llevar nunca a la verdad porque impide que nos hagamos nuestra propia imagen. El huracán de Cataluña no es una tontería de unos iluminados descontentos que se levantaron con el pie izquierdo. Igual en eso de romper con todo tiene algo que ver la economía, la pachorra y el hartazgo de Moncloa. Todos estos factores se suman y claro acaba creándose como respuesta un vendaval que se acerca ya a fuerza 5 y que avanza hacia el 1-O como podría haberlo hecho en otra dirección. Sólo queda esperar a ver si se detiene la batalla entre los gobiernos aplicando el menos común de los sentidos, el sentido común, pero lo veo verde. Lo que si parece claro es que por este camino de acusaciones cruzadas y judicialización extrema vamos a provocar un problema de convivencia irrecuperable (si no lo es ya). Las posturas parecen demasiado distantes. Ya son demasiadas cosas en la lista de “lo que el viento se llevó” como para no alterarse todo el mundo; el dinero ese que prestamos a los bancos (tropecientos mil millones de nada que no veremos) mientras nuestro gobierno nos ha recortado pensiones, negado salarios decentes, esquilmado la hucha de las pensiones, la sanidad y la educación y un etc. tan largo como la cuaresma. Todo eso son cosas que se ha llevado el viento y que no se si podremos recuperar. Pero claro, de esto no hablamos porque aquí el único “problema” es Cataluña.
La verdad es que no se como no salimos todos a la calle a ver si el huracán este que se acerca nos lleva derechitos a la tierra de Oz, como Dorothy, porque no se a quién le puede apetecer quedarse donde hasta el fuego se permite quemar la Ciudad de la Justicia de Valencia, justo ahora, sin que pase nada. Si señores, de Valencia justamente, ¿no es como para que te dé la risa?.