Cuando las personas, están al borde de la necesidad, son capaces de hacer cualquier cosa, inclusive olvidarse de sus principios y usar todas las tretas para salir del pozo
Esta mañana, este humilde servidor, se encontró con una noticia que, por poco que se escuche, no deja de ser habitual y vergonzosa; pero España, tiene estas cosas….pero no a todos se les mide por el mismo rasero. Les pongo en situación; un individuo cualquiera, irrumpe en una panadería portando la lengueta de una lata como objeto intimidatorio, intimida a los propietarios del local y el único botín que buscaba no era otro que un bocadillo. Este hecho, parece un chiste, pero lo que de verdad es para mear y no echar gota, es que, lo hayan condenado a …..1 año y 9 meses de prisión!!!! Como decía, este país, tiene semejantes ideas de bombero. No voy a justificar al amigo de lo ajeno porque, se mire como se mire, cometió un hurto; pero rompiendo una lanza a su favor, generalmente si se roba comida, es por pura necesidad como alegó en su defensa y no para enriquecerse como esgrimió el juez. El único beneficio o el único enriquecimiento que podía haber, era el de su estómago; por un bocadillo que puede costar alrededor de unos 3 euros, lo han privado de su libertad durante 21 meses….excesivo castigo para quien solo quería comer.
Se le añadió el agravante de intimidación, pero sinceramente amigos lectores, la lengueta de una lata, no es un objeto lo suficientemente contundente como para intimidar a alguien. Por otra parte, gozaba del atenuante de lo que se puede llamar en términos legales ” hurto famélico”, pero la poderosa arma que empleó para su fechoría, pesó más que el hambre. También, se le puede atribuir el hecho que momentos después de sus actos, volvió al establecimiento en un desfavorable estado e increpó a los empleados. No habla muy bien en favor del condenado, pero, el trasfondo de todo, es que, por un inocente bocadillo, la siempre implacable justicia, puede dejar 21 meses privado de libertad a una persona.
Lo de implacable justicia, y como siempre pasa, es solo para el débil; el hurto de un trozo de pan, tiene el ” premio ” de prácticamente 2 años de cárcel; en cambio el descarado robo que cometen otras personas que dirigen este país, tan solo obtienen un tirón de orejas o en su defecto una dimisión de sus cargos para tapar bocas.
Llegados a este punto, mi conclusión es la siguiente: si por robar millones de euros, no ocurre nada y en cambio un pedazo de pan conlleva un par de temporadas en prisión, no hay que conformarse con las migajas y meterse hasta la cocina con todo. Y si por el motivo que fuera, el rico ladrón va a la cárcel, no hay que preocuparse….este país es tan comprensivo que en alguno casos hasta dejan elegir hospedaje.