Revista Viajes

Huug Bosse, el hombre más feliz de los Países Bajos

Por Comolegaraholanda

Atención a la siguiente historia porque no tiene desperdicio. Es en sí una historia dramática, que trata de un señor holandés que un buen día se sometió a una operación rutinaria de cadera. Pero una consecuencia inesperada de la anestesia sobre su cerebro hizo que tras la intervención este anciano ya nunca volviese a ser el mismo de antes. Sin embargo cuando veáis reportaje que una cadena de televisión ha realizado sobre Huug Bosse, que así se llama nuestro protagonista, no vais a poder parar de reír. ¿Queréis descubrir por qué?
Pues bien, la gracia del asunto estriba por un lado en la manera tan particular que los holandeses tienen de presentarnos la noticia, y por el otro en el inmenso carisma de sus dos protagonistas, Huug Bosse y su señora esposa. Pero antes de decir nada más, os dejo ya con el video original subtitulado en inglés (hay otro con subtítulos en español, pero son inventados). Como siempre, tras ver el video lo comentaremos.

Hay a la vez tanto que decir, y tan pocas palabras para expresarlo.... ¡Para empezar es impresionante la naturalidad con la que los holandeses se toman estas cosas! El tono jocoso del narrador que nos introduce la situación es espectacular. Me imagino la misma historia narrada por un programa español amarillista de los que ponen por las mañanas, contada con ese tono lacrimógeno barato tan "políticamente correcto" del que ya no nos permitimos salir. ¿Os imagináis la típica frase conclusiva? Algo como... "Huug ríe sin parar, pero su carcajada no refleja alegría. Y es que a veces, el que más ríe, es quien más llora por dentro".
Pero no, ellos nos narran lo sucedido con el mejor de los humores y a continuación se ponen a grabar como los protagonistas interactúan en su domicilio en plan dúo de graciosos sin apenas cortes de cámara ni manipulaciones. Me hace recordar cuando un compañero de trabajo me dijo tan contento a la hora del almuerzo: "estoy un poco preocupado porque se ha descubierto que el monitor de piscina de mi hijo era un pederasta". ¡Y tan ancho!
Y es que los dramatismos innecesarios no son cosa de este país. Además en este caso, ¿para qué dramatizar acerca de Huug si el señor está más contento que unas castañuelas? En un principio el titular de la noticia me hizo pensar que a consecuencia de la operación habría desarrollado un tic de risa constante, lo cual no tendría ni puñetera gracia, valga la paradoja. Pero tras ver el video comprobamos que lo que le ha pasado a Huug es que se haya sumido en un estado de emporramiento permanente... ¡lo que puede llegar a ahorrarse este hombre en coffee shops!
Es que repito, la escena no tiene desperdicio. Aparecen ambos sentados a la mesa de su cocina, y mientras la mujer habla y habla con cara de culo, se ve la cara de Hugh al fondo esbozando una sonrisita permanente. Vamos, que se ve que el hombre se esfuerza en contenerse. La señora, enfadadísima y con tartamudeo incluído, nos va contando con mucha seriedad la historia de la cadera de Hugh y lo difícil que resulta el día a día junto a él en tono culpabilizador. Pero al final sucede lo inevitable y Huug termina carcajeándose en su cara. Y claro, con él todos nosotros, que no sabemos ya si reímos de la propia risa contagiosa de Hugh o lo hacemos de la cara de funeral de su mujer, que además recuerda ligeramente a un bulldog.
Huug Bosse, el hombre más feliz de los Países Bajos La escena continúa en el salón, pero el guión prácticamente es el mismo. Aparece Huug entrañablemente abrazado a su muñequito de Epi... ¿o es Blas? mientras la señora, que no sabemos cómo se llama, prosigue con su cháchara sombría sin alterar ni un ápice su expresión de pocos amigos. Sigue contándonos lo insoportable que es vivir con su marido, y como el resto de la familia se muestra totalmente de acuerdo con su opinión. "JA JA JA JAAAAA, ya nunca me vienen a visitaaaaar" confirma Huug. ¡Pues qué podemos decir, a nosotros por el momento nos parece la mar de simpático!
Para finalizar nos ponen a nuestro amigo emocionándosenos con el himno nacional para que veamos que también tiene su corazoncito. ¡Vivan Huug, los Países Bajos y la Reina Beatriz! No sé vosotros, pero yo si alguna vez me rompo la cadera me gustaría que este hombre me recomendase a su doctor. ¡Por lo pronto, podía mandar allí a su esposa para equilibrar la alegría del hogar!
Y esto es todo por hoy. Si os gusta lo que escribo, esparcid mis palabras por facebook, twitter o cualquier medio de comunicación moderno que se os ocurra. Por el momento las peticiones de tonterías, tutoriales y cursos de holandés están más o menos equilibradas, así que seguiré subiendo un poquito de todo. ¡Pero si preferís una categoría que otras, uníos a los que ya han votado y expresad vuestra opinión!

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