Revista Cultura y Ocio

Huyendo de mí. Salvador Navarro

Por Mientrasleo @MientrasleoS
Huyendo de mí. Salvador Navarro
     "Una noche más los argumentos de Carmela llevaron a Leo a convencerse de que su vida era redonda, a pesar de los tremendos reveses en el estudio y las caricias esquivas de ella al llegar a casa, y se vio, tras una maratoniana jornada de trabajo, paseándose a solas una noche helada camio de la galería de Rodolfo; todo ello por no faltar al compromiso de su mujer, que una jaqueca le impedía cumplir, de acompañar a su amigo al cóctel de apertura de la exposición de Julien Schöll, el artista fetiche del galerista."
     Al  igual que ayer, este libro tiene una cubierta que me llamó la atención. Pero esta vez porque tiene algo de intranquilizador que no sería capaz de definir. Hoy traigo a mi estantería virtual, Huyendo de mí.
     Conocemos a Leo, un arquitecto sevillano con un estudio de arquitectura con un socio y amigo, una familia compuesta por su mujer y su hija y una vida aparentemente estupenda. Sin embargo todo eso es fachada ya que se irá desmoronando a partir de los sucesos que le rodean y que comienzan con la aparición de un amor adolescente, Virginia.
     Huyendo de mí es una novela de vida. Un hombre en la cuarentena, la crisis de seguridad que eso provoca en una persona que por antecedentes se ve insegura y que tiene una relación con su mujer basada más en lo que recibe, en una suerte de amparo tranquilizador pero que ahora parece resultrle insuficiente y un trabajo que se ve afectado por esa segunda crisis económica que vivimos en la calle. Con este punto de arranque y el encuentro con un amor adolescente que parece insuflarle, no vida, pero si sangre en las venas al protagonista, Salvador construye toda una novela en la que el pasado, los miedos y algún que otro secreto serán las claves principales.
     Lo primero que llama la atención es que el autor no necesita tirar de una gran trama de intrigas para conseguir que apeteza seguir leyendo su historia. Una novela que se construye sobre una suerte de sentimientos cotidianos y confidencias entre café que, si bien en algún momento se ve lastrada por frases demasiado largas, mantiene un ritmo fácil de seguir hasta el final. Los personajes se van desarrollando poco a poco y el lector se familiariza con facilidad con todos ellos, algo muy de agradecer, y va descubriendo que los secundarios también pueden ser vitales.
     Me ha gustado, y cogido desprevenida, una suerte de juego que el autor se trae con el lector al incluir determinadas escenas que nos hacen pararnos un momento a pensar. Dentro de unos personajes tan comunes, ha sabido introducir en los momentos adecuados esa nota discordante que hacen que un libro tenga una marca propia.
 
     Caso a parte son las descripciones en las que nos deja pasear por las ciudades que van recorriendo en la historia y casi saborear literalmente muchos de los momentos vividos. Por otra parte, tienen mucha importancia también los perfiles, destacando en este caso el de Leo, protagonista absoluto de la novela que, si bien no llega a ser nunca el favorito del lector, si que es capaz de conseguir que comprendamos esa suerte de protección que parece darle su mujer. Me ha parecido, y con mucho,k de los más logrados de la novela por esa variedad de sensaciones que me he descubierto durante la lectura.

     Huyendo de mí es una novela aparentemente sencilla en la que no hay que fiarse de las apariencias, con un final apto para una larga conversación, cuyo descubhrimiento casi por azar ha resultado un placer. Tendré que seguir la pista al autor, qué duda cabe.
     Y vosotros, ¿sois de los que os gusta sentir el suelo bajo los pies de los protagonistas o no le prestáis atención al lugar en el que transcurren las historias?
     Gracias

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