Námafjall es la montaña roja de unos 482 metros de altura que se puede observar al noreste del Lago Myvatn.
Por la ladera se ve multitud de pequeñas grietas por donde sale vapor del suelo. ¡¡¡Da la impresión de que en cualquier momento podría empezar una erupción volcánica allí mismo!!!
En el lado opuesto al lago podemos disfrutar de la zona de solfataras más grande y espectacular de Islandia, llamada Hverir. Es fácil de encontrar porque el olor a sulfuro (huevos podridos) lo delata, eso y que seguro hay coches y algún autobús aparcado de gente visitando las pozas de lodo hirviente.
Es uno de esos lugares donde realmente sentimos que el planeta está vivo, que bajo el suelo se concentra un calor inmenso y se manifiesta en la superficie formando pozas de barro hirviente y chorros de vapor.
Es hipnótico quedarse mirando burbujear el oscuro lodo…
Por el terreno pequeños hilos de agua caliente se deslizan entre las grietas del suelo y suministran de agua constantemente a estas pozas para compensar la evaporación.
Lo más impresionante son los potentes chorros de vapor que emanan del suelo haciendo un ruido parecido a la turbina de un avión.
Siempre dicen que una imagen vale más que mil palabras así que lo mejor es que compartamos con vosotros muchas de las que pudimos sacar allí.
En esta foto de arriba no se pueden imaginar que olor más “agradable” despiden estos chorros de vapor caliente al venir mezclados con el sulfuro…
Hace ya tiempo, esta zona con otro color del suelo por los depósitos minerales que quedaron aquí, también emanó grandes cantidades de vapor. Hoy sólo vemos la huella que dejaron y el calor que todavía desprenden
Este lugar es una de las razones por las que visitar el norte de Islandia merece la pena.
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