Revista Insólito

Hypatía y la religión que asesinó brutalmente a la mujer sabia

Publicado el 01 agosto 2019 por Redespress60

Alejandría fue una metrópoli mediterránea alejada desde el tiempo de los griegos hasta el de sus modernos gobernantes, de la civilización y del estilo de vida de los egipcios. Quimera o utopía, el sueño de Alejandría fue desde Alejandro Magno, su fundador, hermanar Oriente y Occidente. Y una respetada científica fue víctima del choque de religiones que había en la ciudad ..

Hypatía y la religión que asesinó brutalmente a la mujer sabia

En marzo del año 415, una muchedumbre enfervorecida de devotos cristianos descuartizó a una mujer valiéndose de conchas de ostras y de tejas. El suceso, una suerte de justicia inquisitorial, se registró en la ciudad de Alejandría y la víctima, de nombre Hypatia, una estudiosa de la filosofía y de las ciencias, disciplinas a las que se había entregado desde bien joven.

Mujer sabia y pagana

Hypatia de Alejandría está considerada por muchos la primera mujer científica de la historia. En un tiempo en el que las mujeres no tenían acceso al saber, Hypatia consiguió abrirse camino en la ciencia y llegar a tener un gran reconocimiento público. Nació alrededor del año 370 d.C. y con el tiempo se convertiría en una mujer brillante de gran belleza. Es la primera mujer dedicada a la ciencia cuya vida está bien documentada.

Aunque no se cuenta con datos sobre la madre de Hypatia, sí sabemos que su padre fue el ilustre filósofo y matemático Teón de Alejandría, quien siempre vigiló muy de cerca su educación. Según registros de la época, éste deseaba que su hija fuera “un ser humano perfecto”. Recibió así Hypatia una educación científica muy completa, dedicándose también a un exhaustivo cuidado de su cuerpo. Realizaba todos los días una rutina física que le permitía mantener un cuerpo saludable así como una mente activa. Todo esto contrastaba con la gran mayoría de mujeres de su época, las cuales no podían acceder ni al conocimiento ni a la educación, y se ocupaban sólo a las “tareas femeninas”. Pese a su gran belleza, Hypatia rechazó casarse, para poder dedicarse íntegramente a cultivar su mente

Teón, enseñaba públicamente los postulados de Platón y Aristóteles, según se recoge en las cartas de uno de sus discípulos, Sinesio de Cirene. “Logró tales conocimientos en literatura y ciencia que sobrepasó en mucho a todos los filósofos de su época. Le explicaba los principios de la filosofía a sus oyentes, muchos de los cuales venían de lejos para recibir su instrucción”, cuenta el historiador griego Sócrates el Escolástico.

La erudita siguió las enseñanzas de su padre, a quien superó en cuanto a la importancia de sus descubrimientos: Hypatia inventó un nuevo y más eficiente método para hacer divisiones largas y se dedicó a estudiar el movimiento de los astros. Todo ello la convirtió en una mujer sabia perteneciente a la élite pagana,  con un buen puñado de seguidores y admiradores.

Su padre trabajaba en el Museo, institución fundada por Tolomeo (sucesor de Alejandro Magno) y dedicada a la investigación y la enseñanza. Este Museo tenía mas de cien profesores que vivían allí y muchos más que asistían periódicamente como invitados. Hypatia entró a estudiar con ellos y, aunque viajó a Atenas e Italia para recibir algunos cursos de filosofía, se formó como científica en el propio Museo y formó parte de él hasta su muerte. Incluso llegó a dirigirlo alrededor del año 400. También obtuvo la cátedra de filosofía platónica, por lo que sus amigos le llamaban “la filósofa”. Hypatia cultivó varias disciplinas: filosofía, matemáticas, astronomía, música… y durante veinte años se dedicó a enseñar todos estos conocimientos.

De este modo, Hypatia se convirtió en una de las mejores científicas y filósofas de la época. Llegó a simbolizar el conocimiento y la ciencia que los primeros cristianos identificaron con el paganismo. Aquellos eran tiempos difíciles para los paganos, ya que el cristianismo se estaba imponiendo en Alejandría (que en aquellos tiempos estaba bajo domino romano). Fueron épocas de persecución para todo aquel que no se convirtiera al cristianismo y renegara de todos los conocimientos adquiridos. Hypatia se negó a traicionar sus ideas y convertirse al cristianismo por lo que fue acusada de conspiración contra el líder cristiano de Alejandría. Dicha acusación fue aprovechada por un grupo de fanáticos religiosos que, de una forma cruel, pusieron fin a su vida.

Fue asesinada brutalmente, mientras regresaba a casa en su carruaje, la golpearon y arrastraron por toda la ciudad. La desnudaron y la descuartizaron con tejas y conchas y sus restos fueron paseados, en señal de triunfo, por toda la ciudad hasta llegar al Ciraneo donde los incineraron.

Hypatía y la religión que asesinó brutalmente a la mujer sabia

La sociedad alejandrina

Pero el contexto de Alejandría era intrincado: la ciudad era un amalgama de cristianos, paganos y judíos. Lejos quedaba la unidad en cuanto a las creencias en la época de esplendor del Imperio romano. El obispo de la urbe, Cirilo, sucesor de Teófilo, el artífice del saqueo e incendio del Serapeo y su valiosa biblioteca, estaba enfrentado con Orestes, el prefecto imperial. Y las tensiones ante el estallido de una guerra entre cristianos y paganos, entre extremistas y moderados, se manifestaron en el crimen de Hypatia.

Así lo cuenta el historiador Sócrates el Escolástico: “Como tenía frecuentes entrevistas con Orestes, se informó de forma calumniosa entre el populacho cristiano que fue por su influencia que él fue prevenido de reconciliarse con Cirilo. Por lo tanto, algunos de ellos, cuyo cabecilla era un lector llamado Pedro, se apresuraron movidos por un entusiasmo feroz y fanático y emprendieron una conspiración contra ella”.

Una turba de monjes rodeó a la erudita y matemática un día en la puerta de su casa, se la llevaron a una iglesia y allí perpetraron el sangriento asesinato, tal y como relata el historiador griego: “Y vigilándola mientras regresaba a casa en su carro, la bajaron de él, la arrastraron y se la llevaron a la iglesia llamada Cesáreo, donde la desnudaron completamente y la asesinaron, golpeándola y cortándola con tejas y conchas. Después de despedazarla, se llevaron sus miembros destrozados a un lugar llamado Cinarón y los quemaron”.

Hypatía y la religión que asesinó brutalmente a la mujer sabia

Legado científico

Aunque todos sus escritos se han perdido, existen numerosas referencias a ellos. Su trabajo más extenso fue en álgebra. Escribió un comentario sobre la Aritmética de Diofanto (considerado el padre del álgebra) en el que incluía soluciones alternativas y nuevos problemas. También escribió, en ocho libros, un tratado sobre la Geometría de las Cónicas de Apolonio (a quien se deben los epiciclos y deferentes para explicar las órbitas irregulares de los planetas). Colaboró con su padre en la revisión, mejora y edición de los Elementos de la Geometría de Euclides, cuya edición es la que aún se emplea en nuestros días, escribiendo un tratado sobre el mismo.

Escribió un Canon de Astronomía, dedicándose además a realizar la revisión de las Tablas Astronómicas de Claudio Tolomeo, conocidas por su inclusión en el Canon Astronómico de Hesiquio. Cartografió diversos cuerpos celestes, confeccionando un planisferio. Además de la filosofía, matemáticas y astronomía, se interesó por la mecánica y las tecnologías prácticas. En las Cartas de Sinesio están incluidos sus diseños para varios instrumentos, incluyendo un astrolabio plano, que nos sirve para medir la posición de las estrellas, los planetas y el Sol. También desarrolló un aparato para la destilación del agua, así como un hidroscopio para medir la presencia y el nivel del agua, y un hidrómetro graduado de latón para determinar el peso específico de los líquidos. Por último, se la supone inventora del aerómetro, instrumento que se usa para medir las propiedades físicas del aire u otros gases.

Hypatía y la religión que asesinó brutalmente a la mujer sabia

El pintor inglés Charles William Mitchell, cercano a la hermandad prerrafaelita, esbozó a Hypatia como una mujer bellísima y joven justo en el momento anterior de ser víctima del brutal crimen. Sin embargo, la estudiosa debía encontrarse en torno a la cincuentena cuando la despedazaron. Fue un asesinato bárbaro y una puñalada a la razón, a la ciencia y al conocimiento.


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