El joven John Osbourne pronto tuvo claro que no haría carrera en la escuela ni en las fábricas de su localidad. Y cuando dio con sus huesos en la cárcel se dio cuenta de que tenía que dar un giro a su vida y vaya si lo hizo.La música de los Beatles le llevó a interesarse por el mundillo y tras un anuncio en la tienda local de instrumentos y varias experiencias fallidas, llegó Black Sabbath y despegó. Fue una casualidad o una serie de coincidencias las que llevaron al grupo a adoptar su sonido pesado y oscuro y dieron en el clavo porque la cosa funcionó. Lo que vino después ya es historia del rock and roll, acompañada por supuesto de sexo y drogas. En el caso de Ozzy, mucho alcohol y mucha cocaína. Litros y montañas durante años y años, que llegaron a sorprender a los médicos que con frecuencia exploraban a Ozzy y se maravillaban de que siguiera vivo. Y después llegó la leyenda, con el alocado y excéntrico carácter de Ozzy y los animales decapitados y demás parafernalia que también llegaron por casualidad pero que fueron muy bien aprovechados para convertirlo en más estrella del rock.Siempre estuvo rodeado de grandes músicos, Tony Iommi en Black Sabbath y Randy Rhoads y Zakk Wylde en su etapa en solitario, que junto con su icónica voz y su espectáculo forjaron su exitosa carrera. Lástima que muchos se quedaran por el camino sin poder seguir la estela de supervivencia de Ozzy, que a pesar de los pesares y de todos los excesos, ahí sigue dando guerra. Quién sabe si todo el ambiente satánico que lo rodeó no fuera solo casualidad y en verdad hiciera algún trato con el diablo para seguir en pie por los siglos de los siglos.
Quién diría que todo comenzó con los Beatles.
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