Cuando nos inscribimos en esta prueba la idea era probar los pies de H+QNC que lleva un año y medio padeciendo dolores debido a su metatarsalgia y, ahora, recientemente, se le ha sumado una falsa gota para complicar un poco más el tema. De ahí que nos apuntásemos en modalidad marchadores y no modalidad corredores.

Cristina, la Viuda Negra, decía:“La Breña…. Si desde hace años ya era un sitio especial para mí, desde hoy lo es aún más. Después de varios meses sin pisarla, hoy todo cuadra para patearla. Nada nos echaba atrás hoy, ni la calor, ni la playa al lado. Todo nos llevaba a ella…. claro, no quería estar ella sola, no quería pasar el mal rato sin alguien que la comprendiera…. Y es que la Breña hoy está de luto. Perdía a uno de sus más queridos hijos, parte de su corazón, morador de sus entrañas…. 
Y es que se nos ha ido Richard. Y todos los que le tuvimos el placer y la suerte de ser su amigo, conocerlo, compartir kilómetros…. todos estamos hoy como su querida Breña: vacíos y tristes, incrédulos, dolidos….
Allá donde estés, que sepas que la Breña nunca vlverá a ser la misma, que te echaremos de menos y que siempre estarás en el corazón. No he conocido a nadie tan valiente y luchador como tú. Cuídate y sigue pateando las sendas, dunas y montañas del cielo.”
Y Jose Manuel, Cai-man, por su parte, decía:“Hoy encontré un recuerdo.











Ese día el honorable H+QNC, que junto al Shogun Iza, compartían entrenamientos con el aspirante a teakiyari Andrés, lucía con orgullo su nueva haori y Andrés quedó deslumbrado al verla.Éste al ver lo bello del yelmo y los colores de su patria, preguntó que había que hacer para portar tan bella tōsei gusoku.Ante la pregunta, mi señor no pudo por menos que hablarle de la batalla que libraron contra los elementos el año anterior, le habló del noble Tigosa San, le habló del noble Buda, y fue relatándole uno a uno, cuantos detalles adornaban el haori, sin olvidar el más importante el de Andex, y como no, la frase que lucía con orgullo en la espalda: Orewa Yaru.
El nuevo aspirante a teakiyari no pudo aguardar más tiempo, y expresó su deseo de pedir tan noble prenda, a lo que mi maestro le respondió:Así sea, si ese es tu deseo, pero recuerda que más importante que ser un gran bushi, es que no olvidemos que nosotros hemos nacido para ser saburai, y si algún día no demuestras el honor que te confiamos, o faltas a la palabra dada, yo mismo seré tu kaishaku, cuando por vergüenza te veas obligado a hacerte el seppuku.
Después de esto, se produjo un profundo silencio, pero estoy seguro que en esos momentos por la cabeza de mi maestro, pasaban imágenes de Cio-Cio-San, de Yonyuugo, La Veterana, y de tantos y tantos otros, mientras en silencio Andrés poco a poco, se iba dando cuenta de la enorme responsabilidad que había caído sobre sus hombros, y mientras su semblante me pareció serio, yo juraría que mi maestro lo miraba de reojo y sonreía.
“Susurran los sabios una antigua leyenda que dice que, cuando la luna llena acierta a brillar sobre los campos cubiertos de escarcha en el silencio invernal, se despierta el hada de la luna y baja con sigilo a bailar sobre las aguas más mágicas de la tierra. Busca sin cesar a los niños, confiando en poder arrebatarles el alma en un santiamén, llevándoselos consigo, en su largo viaje de regreso. Desde la lejanía oye el cascabeleo de las risas jubilosas y se abalanza como un trueno hacia su presa, revoloteando a la espera de encontrar nuevos amigos, pero el tiempo es cruel con ella y, antes de que llegue a la lejana costa, los niños se encuentran ya seguros y acostados en sus casas cuando el distante fulgor rojo del sol matinal horada las sombras de la noche, expulsando al hada de la luna, que retorna a su reino prometiendo regresar de nuevo.”
(Moonwater – Himekami)
