Deseo es la acción y efecto de desear (anhelar, sentir apetencia, aspirar a algo). El concepto permite nombrar al movimiento afectivo o impulso hacia algo que se apetece.
Estos son los tres primeros I wish que deseo y pasaran a mi wishlist ¿Os gustan? ¿ Os llaman? contadme
Hay cosas que un hombre jamás debería consentir. No debería permitir que se le cayera el pelo antes de los treinta, que dejaran de echar el fútbol por la tele, que una chica le ganara a los videojuegos, que alguien comprara su ejemplar reservado de la revista Playboy en el kiosco de la esquina o que, de pronto, su madre se negara a hacerle la colada. Está claro que esto es completamente inaceptable; pero, aun así, por encima de estas cosas, aún hay algo que un hombre no debería pasar por alto: Nunca, jamás en la vida, bajo ningún concepto, en ninguna ocasión, cualquier hombre que se vistiera por los pies debe aceptar que su novia y su mejor amigo más guapo, más listo y con más éxito que él se conozcan. Mucho menos que hablen a escondidas. Y mucho, muchísimo menos, que acaben acostándose. Soy Carlos Martínez, la novia de la que hablo es la mía, el mejor amigo también y eso que he contado antes me ha pasado a mí. Pero afortunadamente no estoy solo en todo este melodrama. Por un lado tengo a Rey, amiga, consejera espiritual y apoyo permanente; y por otro tengo a Óscar, bombero raudo cuando arrecia algún que otro incendio personal o afectivo. Porque que tu novia se haya liado con uno de tus mejores amigos es, definitivamente, no ya un incendio, sino una bomba atómica que requiere de atención especializada; y mis amigos son expertos en eso: en aguantar estoicamente mis explosiones de dramatismo. Claro, que no todo es lo que parece y a lo mejor estoy equivocado en esta historia. Y es que esto es lo que suele ocurrir cuando somos los hombres los que las contamos. Que nos perdemos entre tanta parafernalia emocional. O a lo mejor es lo que ocurre cuando soy yo el que la cuenta, que soy hombre y encima soy yo. No lo sé. De cualquier manera, solo hay que leer para comprobarlo.
1854, California En una tierra donde las mujeres escasean, los hombres del rancho de Curtis Loan han solicitado esposas para convertir Loan's Valley en un pueblo próspero y con futuro. Shannon Blythe es una de las mujeres que acepta la solicitud y viaja desde Independence en la caravana que la llevará a su nueva vida, donde espera encontrar un marido que la acepte tal y como es. Y es que Shannon es una mujer diferente, posee un don singular: es capaz de tener visiones y predecir el futuro, algo que nunca ha sido bien visto por aquellos que la han conocido, incluido su severo padre que la abandonó cuando era una niña. Por desgracia, un desafortunado incidente provocará que acabe emparejada con el único hombre que se arrepiente de haber solicitado una esposa, Darren Davis. El vaquero, que ha convivido con una tribu miwok durante tres años, es el padrino de una niña muy especial, Huyana, que posee el poder de comunicarse con los espíritus y es la figura sagrada de su poblado. Pero Huyana ha desaparecido, nadie sabe qué ha sido de la pequeña y Davis no tiene ni el ánimo ni el tiempo necesarios para atender a su recién llegada esposa hasta saber lo que ha ocurrido con su ahijada. A pesar de todo, Shannon luchará por su nuevo matrimonio para alcanzar su máximo sueño: no estar sola nunca más. ¿Logrará Shannon vencer la reticencia del vaquero y hacerse un hueco en su atormentado corazón?
Estrella perdió a su madre siendo muy joven. Salieron a nadar la víspera de su décimo cumpleaños y solo una de ellas regresó. Estrella apareció sola, varada en la arena, en una barca repleta de lavanda —la flor favorita de su madre— y sin ningún recuerdo de ese día. Al amanecer, la arrancaron de su hogar y de su tierra, mandándola a vivir con sus tíos a América. Ahora ha cumplido dieciocho años y nada puede detenerla de hacer realidad su sueño, «regresar a la bella y verde Irlanda que la vio crecer». Aunque ella no sabe que nada es lo que parece. Lo que está por descubrir puede cambiar su vida para siempre.