Revista Política

Ibi, pueblo amigo de los animales

Publicado el 24 marzo 2010 por Basseta
Antiguamente, en Ibi se celebraban encierros, vaquillas e incluso corridas de toros (de hecho, conservamos restos de lo que fuera la "Plaça de Bous"). Mas recientemente, en mi juventud, observé con cierto desagrado un intento por recuperar "la vaca", aunque afortunadamente hace años que ya no se hace. Por estos y otros motivos, creo que podemos decir que Ibi es un pueblo amigo de los animales.
Y digo todo esto porque, durante los pasados días, ha resultado inevitable escuchar en radio y televisión el debate entre los que están a favor de los toros o en contra, o mejor dicho, a favor de matar a los toros en las plazas delante del público o en contra de dichas prácticas que denominan "el arte de la tauromaquia".
Algunos se han atrevido a crear dos grupos antagónicos: los que defienden "España+toros+siesta" y los "separatistas+masones+rojos". En mi opinión se puede hablar directamente de "tortura si" o "tortura no", y aunque lo que está de moda son los matices y las gamas de grises, dejo clara mi opinión para todos aquellos que quieran intentar convencerme de que puede considerarse un espectáculo aceptable la tortura del toro en las plazas, y encima lo achaque a mis prejuicios progres.
Evidentemente, los animales no son personas, estoy de acuerdo. Pero estarán de acuerdo conmigo también en que las personas no son animales (o no deberían serlo). Es decir, que los derechos animales no son como los derechos humanos, pero no podemos afirmar que los animales no tienen ningún derecho. Es cierto, mi abuela mataba pavos, gallinas y palomos, y nos los hemos comido toda la vida con el arroz caldoso. Yo ayudaba a mi madre a sacrificar un conejo cada semana y os puedo asegurar que nunca me hizo mucha gracia ver agonizar al animal y desollarlo cuando aún tenía la sangre caliente.
Pero, por favor, que no me vengan con demagogia: estamos hablando de un espacio público en el que miles de persona vitorean a un equipo de personas entrenado para torturar salvajemente a un animal. No estoy hablando de derechos de los animales, sino de animalización de la especie humana, de la tortura como espectáculo, de recaudar beneficios y fama con la sangre, la brutalidad y el sufrimiento de un ser vivo.
Pero la palabra maldita es "prohibir". Ahora nadie quiere prohibiciones, pero nos olvidamos de que si ya no se lanzan burros desde el campanario del pueblo es porque se prohibió en su momento, igual que se prohibió en su día el trabajo de los niños menores en las minas, o circular sin cinturón de seguridad. Por supuesto que, llegado el momento, el Estado puede decidir establecer una prohibición, y eso es una de las características que nos diferencia de los animales: tenemos raciocinio (se supone) y, después de varios milenios de civilización, hemos llegado a la conclusión de que para convivir hay cosas que no se pueden tolerar.
¿Os gustaría que nuestro Ayuntamiento declarase expresamente que Ibi es un pueblo amigo de los animales? Yo estoy dispuesto a presentar la propuesta.

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