Provença 340
28037 Barcelona
Habitación: 604
Fecha de entrada: 06/04/2021
La pesada puerta de madera gris dispone de una estrecha manivela metálica con un sensor para acercar la tarjeta y que se abra. Dentro la habitación aparece clara y limpia. Suelos de madera clara limpia y cuidada. Paredes blancas con una larga madera, que recorre toda la pared, tras la que hay una tira de luz led y en la que se presentan algunos rótulos en catalán con frases y caligrafía de Gaudí. Espacio justo y mucha luz. La ventana del fondo, protegida por un visillo y un foscurit de color marrón claro da a la puerta principal aquí abajo y a la Diagonal allí delante.
Antes del dormitorio, en el pasillo de acceso al mismo encontramos a la izquierda la ranura para la tarjeta y la puerta del baño, en madera gris y pomo metálico moderno, y a la derecha, una caja de plástico blanco con la instalación eléctrica, y un espejo exento de cuerpo entero desde el suelo casi hasta el techo. Generoso rodapié de madera. En el dormitorio a la izquierda hay un display para el aire acondicionado, muy grande, moderno y llamativo. Funciona perfectamente pero hace bastante ruido. Y allí mismo encontramos la cama. Clásica de la cadena. Grande para ser individual, algo justa para ser doble. Colchón pequeño, aunque confortable, sobre un canapé en negro. Vestida con un suave nórdico blanco y dos almohadas quizá demasiado altas (para gustos...). La cama está empotrada contra un cabecero de madera color chocolate con curiosos y curvos dibujos en blanco. A cada lado hay sendas mesillas sencillas de madera. A la derecha, una pequeña con el mando de la televisión. A la izquierda otra algo más grande con el teléfono. Sobre ambas, enchufes disponibles y los interruptores para la luz. Empotrados en el cabecero, sobre las mesillas, sendos apliques de luz en forma de flexo de estilo retro en metal negro y tulipa de cristal blanca.
A los pies de la cama hay una televisión plana y un maletero plegable de metal con tiras de tela negras. La pared del fondo, además de la ventana tiene una larga madera gris brillante a una altura algo escasa, lo que hace que no quede demasiado espacio para meter debajo las piernas en la zona de escritorio. Corre de lado a lado, dejando las cortinas por detrás, y separando dos tramos, uno que hace las veces de escritorio y otro que hace de balda en el armario. Sobre el escritorio hay una lámpara de mesa a juego con las de las mesillas. Y bajo él una silla de plástico azul cielo algo incómoda y dura. La zona de armario no tiene puertas y tan sólo hay una balda con la caja fuerte y un colgador metálico exento, de corta altura con media docena de perchas blancas normales de distintos formatos (falda, chaqueta...). El juego de luces que se puede conseguir resulta cálido y agradable. La insonorización es bestial tanto interior como exterior y el descanso, por tanto, se consigue sin dificultad.
Cuando entramos en el baño este desprende un cierto olor a pozo. Quizá lleva bastante tiempo cerrado por culpa de los confinamientos. Correcto de tamaño tiene paredes en gres blanco y el mismo suelo de madera que la habitación. De frente encontramos el lavabo blanco incrustado en una pequeña encimera de mármol. Grifería grande, generosa y moderna. Por encima del lavabo un generoso espejo de lado a lado de la pared y sobre él dos puntos de luz. Hay otros dos sobre inodoro, aunque uno está fundido. Cuelga de la pared un bote negro con jabón de manos y sobre la encimera, dobladas, están las dos toallas de manos, algo justas de calidad y tamaño. Un pie de ducha y dos toallas de baño ubicadas en un toallero junto a la cabina de ducha completan el set de lencería. En la encimera además hay dos vasos de plástico. Bajo ella, una balda de madera en color azul y una papelera metálica. A la izquierda encontramos la cabina de ducha, en esquina y protegida con dos mamparas de cristal con puertas correderas que hacen demasiado ruido al moverse. Rematada con una ducha de teléfono de cordón plastificado. Suelo blanco y un bote negro con un líquido que hace las veces de champú, gel y jabón de manos. Caudal y presión resultan lamentablemente escasos y la temperatura oscila entre el frío gélido y el calor abrasador sin manera de fijarla en una posición intermedia.
Por la mañana en un salón blanco algo frío e impersonal se sirve el desayuno que elegimos durante el registro de llegada: zumos variados, quesos y fiambres, mantequillas, mermeladas, pan y bollería y un café que no es del todo malo. El joven, que también atiende la recepción, se desvive porque disfrutemos del desayuno, preguntándonos varias veces si está todo correcto, si queremos alguna cosa más o repetir. Después, en el mostrador nos despedimos de él y nos desea buen viaje.
Calidad/precio: 7
Servicio: 7
Ambiente: 6.5
Habitación: 8
Baño: 4.5
Estado de conservación: 9
Desayuno: 6.5