Ictus: come licopeno para reducir el riesgo de que ocurra

Un estudio científico demuestra que los tomates son buenos para prevenir enfermedades cardiovasculares

Los tomates son buenos para la salud por muchas razones pero en esta ocasión se trata de su contenido en licopenos que lo convierte en un buen aliado de nuestros corazones. 

Según un estudio realizado por la Universidad de Finlandia Oriental, los tomates no son sólo una ayuda para retrasar los efectos del envejecimiento o reducir el riesgo de padecer cáncer por su efecto antioxidante sino que ahora se sabe que también puede disminuir los casos de infartos cerebrales. Podéis encontrar el estudio completo en la revista Neurology.

En una dieta mediterránea es muy común emplear tomates en muchas de las recetas que preparamos a diario como las ensaladas, los gazpachos, las salsas o mermeladas, etc

Para llegar a la conclusión del efecto protector de los tomates se han ido realizando pruebas a lo largo de 12 años y han participado 1031 personas de edades comprendidas entre los 46 y los 65 años. Tras estudiar los resultados obtenidos de todas las pruebas se pudo observar que el consumo de tomates actúa frente la protección de infartos cerebrales y que esto se debe a su alto contenido en licopeno. Los tomates contienen varias sustancias antioxidantes que actúan contra los radicales libres tales como el retinol, el betacaroteno o el alfatocoferol. Sin embargo, este estudio demuestra que éstos no intervienen en el riesgo de padecer o no un ictus.

«El licopeno es antioxidante y tiene la propiedad de ser vasodilatador, además de protegernos de la hipertensión y de la formación de coágulos.Aun así, se desconocía exactamente el mecanismo de acción que hace que el consumo de licopeno reduzca nuestro riesgo a sufrir un evento cardiovasculvar.», dice Miren Morillas de la Sociedad Española de Cardiología.

Aquellos que tenían una concentración de licopeno más elevada en las analíticas eran los que tenían menor riesgo de padecer este tipo de enfermedades cardiovasculares. En concreto vieron que tenían un 59% menos de probabilidades de padecer ictus y un 55% menos de sufrir otras enfermedades cardiovasculares.