Revista Insólito
La humanidad actual se esta viendo inmersa en una situación realmente crítica que puede llegar a poner en riesgo la estabilidad de la misma sociedad. Estamos viviendo un momento histórico que pareciera que es más importante decir algo bonito y agradable en lugar de hablar con la verdad y mostrar la cruda realidad tal cual es.
Y de esto se están aprovechando grupos que se han dedicado a promover ideas de odio y discriminación en contra de todos aquellos que no formamos parte de sus agrupaciones, sectas o que sigamos sus dogmas y cultos. Es verdad, ideas de odio las hay tanto dentro de la política y dentro de la religión. Aunque hablar de ideas de odio entre la fanaticada de equipos deportivos de futbol o cualquier otro deporte, ya puede considerarse algún tipo de retraso mental.
Pero dentro de la historia humana si algo ha sido un gran difusor de muchas ideas de odio, ha sido la religión. Y nadie lo puede negar, pues la gran mayoría de las religiones promete amor y paz a sus seguidores, pero promueve la condena y el castigo eterno a quienes no la sigan. Es la historia de casi todas las religiones actuales, pues siempre predican que ellos sí son los elegidos de su dios, que su dios sí es el auténtico, que ellos sí tienen la fe verdadera, que ellos sí obtendrán la “salvación celestial”. Millones de inocentes asesinados en guerras santas, batallas, enfrentamientos y demás actos terroristas impulsados por ideas religiosas así lo constatan.
Hoy los grupos de odio religioso atacan por distintos medios a la comunidad LGBT, a las mujeres feministas porque no les gusta que canten “El violador eres tú” exigiendo más seguridad y protección para ellas, les impiden el aborto o las marginan con la “objeción de conciencia”, e incluso están en contra de la educación y la enseñanza de las ciencias naturales donde se imparta clases de biología y sexualidad, atacan al arte si no concuerda con sus mitos, e incluso atacan a la promoción de la cultura de género pues es de perfil humanista y promueve los derechos y libertades humanas, algo que a ellos no les parece correcto si no se apega a sus creencias.
Aunque no lo podemos negar tampoco, las ideologías que más han causado la muerte de gente inocente, a lo largo de la historia, han sido el comunismo y el socialismo. A pesar de que “en teoría” sus políticas parecen justas y nobles, llevadas a la práctica son todo lo contrario, pues cosifican y deshumanizan a las personas, convirtiéndolas en un simple recurso contable más del gobierno en turno. Casos terribles como los ocurridos en el siglo pasado en China, Rusia, Alemania, Italia, Cuba y España son claros ejemplos de lo que no debería volver a ocurrir.
Los líderes religiosos siempre se harán para donde más les convenga a ellos, un día apoyan a la “derecha” y otro día apoyarán a la “izquierda”, todo depende del momento histórico y del país donde ocurran los conflictos sociales, ya sea manipulando a las masas, a los líderes políticos o colaborando con ellos. Ser una persona de fe, o una persona religiosa, no es sinónimo de ser una buena persona. Como dice el antiguo refrán “El diablo se sabe de memoria la Biblia entera, y no por ello es bueno”.
Los líderes políticos y religiosos siempre utilizarán como carne de cañón a los jóvenes entusiastas, a esos fanáticos que no razonan las cosas y que solo quieren vivir esa catarsis emocional creyendo que hacen algo por sus ideales. Conceptos como nacionalismo y soberanía han sido sobrevalorados con tal de generar odios entre los habitantes de un mismo mundo, algo totalmente ridículo.
Muchos han olvidado los ideales de la globalización y los grandes avances que hoy tenemos por esas luchas que se tuvieron a finales del siglo pasado y principios del actual. Se buscaba la unión como género humano, dejando a un lado razas, etnias y creencias. Pero pareciera que los antiguos tiranos no quieren dejar su lucha para dividir y separar a la humanidad.
La política y la religión solo han servido para dominar y someter a los humanos, y solo han generado la crisis mundial que hoy en día estamos viviendo; posiblemente si ahora utilizáramos el humanismos, la promoción de los valores y derechos humanos, en conjunto con la ciencia, ahora sí podríamos salir del pantano actual en que la sociedad está.
Todavía estamos a tiempo para actuar, pero ese tiempo también tiene su límite, y la naturaleza no perdona, y el destino de la humanidad podría depender de las acciones que hoy realicemos. Si tus líderes te enseñan a odiar y discriminar, deja de darles de comer, déjalos solos. Que el odio sólo cosechará más odio. Si quieres cosechar paz y armonía para los tuyos, tienes que sembrarla tú mismo, no esperes a que vengan otros a salvarte, mucho menos seres mitológicos.
Pero hazlo ya. Te lo dejo de tarea.
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