Epifanía
Ahora es tu momento
Si una idea novedosa para hacer un negocio cae dentro de tu cabeza en la ducha, conduciendo el coche, hablando con amigos o trazando garabatos en un cuaderno mientras te aburres en una reunión: los puntos se conectan de repente de una manera disruptiva y experimentas un estado que se conoce como una “epifanía”: una visión súbita sorprendente y emocionante; el valor de esta nueva idea parece obvia. ¡No se puede creer que nadie más lo haya imaginado antes!
Comienzas a investigar el asunto y descubres que te faltan conocimientos y recursos claves, o que el negocio pertenece a un sector en el que no tienes la menor idea cómo moverte en él.
Así, que pese a haber experimentado un fulgurante momento de creatividad, tú abandonas “el sueño”… tu entusiasmo e ilusión se desvanecen poco a poco. Ánimo, que si ya has abandonado una idea repentina, probablemente: haya sido la decisión correcta.
Información Privilegiada
Eres empleado en una empresa donde descubres que se podrían mejorar los productos y los servicios que se ofrecen; e incluso te das cuenta que hay maneras para hacerlo mucho mejor y con mayores ganancias. Pues bien: ¡éxito!, ¿qué esperas para fundar tu propio emprendimiento?
Idea Deliberada
En este caso, en vez de empezar con una idea predefinida de negocio que te atrae, simplemente sientes el deseo o tienes la necesidad de crear tu propia empresa y convertirte en “empresario”.
Puedes tener el impulso de abandonar todo lo que estás haciendo y dedicarte con todas tus fuerzas a la creación de tu propia empresa, o simplemente podrías tratar de iniciar una actividad por cuenta propia al mismo tiempo que estás trabajando para alguien… pero en cualquier caso: debes encontrar una idea de negocio atractiva para poder avanzar en tu intención de convertirte en empresario con riesgos razonablemente controlados.
Guía práctica para evitar ser “masticado”
¿Y ahora qué?
En principio, te sugiero que fundes un negocio relacionado con el sector productivo y/o comercial que ya conoces.