Cultivar una pereza consciente puede suavizar el estrés diario, que suele sufrirse con más intensidad entre semana. Por supuesto, no hablo de fomentar la pura y simple vaguería, no por nada, sino porque, a la larga, no dar ni chapa también estresa. Lo que sugiero es buscar momentos de relax, algunos, a ser posible, cerca de la Naturaleza. Aunque parezca una contradicción, a veces, darle frenazos a la vida puede aumentar las ganas de vivir y la calidad de vida. El secreto está en saber encontrar un tiempo para uno mismo, ya sea para cocinar o comer sin prisas, meditar, pasear, hacer ejercicio o acudir a lugares donde relajarse: ir en busca del mar, contemplar un amanecer, disfrutar de una puesta de sol, escuchar los sonidos de la vida silvestre en el campo o, simplemente, abrazarse a un árbol.
Emprender proyectos personales, que nos hagan ilusión, e ir realizándolos poco a poco, también ayuda a ser regular en el difícil arte de la buena vida. Porque desconectar de las preocupaciones requiere práctiva y voluntad: efectivamente, la pereza consciente de la que hablaba.¿Propuestas? Cada uno debería reflexionar sobre qué cosas le harían desconectar, porque sólo nosotros podemos dar con las actividades que de veras nos relajen y hagan sentir bien.
Pero, para las mentes bloqueadas, traigo aquí algunas propuestas, seleccionadas del listado que propone la revista digital Good: eliminar algo de la agenda, desconectar por un día el teléfono móvil, no hacer varias cosas a la vez, dedicar tiempo a relajarse, aprender a acallar la mente, organizar la casa, mirar la vida del jardín, escapadas a entornos naturales o, cómo no, leer un libro.Vía www.re-nest.comFotografía dMapTravelGuide