Guillermo tiene 11 años y es como un cachorrillo juguetón (¡Qué poquito le queda para entrar en la edad “nomeaguantoniyomismoymenosmimadre”!)…
Además de guapo y listo (las dos cosas por parte de madre) el chaval es mago, charlatán, deportista, cabezota (lo último por parte de padre) y un verdadero hombre espectáculo. No en vano, cuando aparezco con la cámara y cara de gatito de ojos azules desolado, es el único que me permite hacerle fotos. Cierto es que algunas veces ha habido pago por medio.
A él se le ocurren la mayor parte de las ideas (gamberras algunas, y más gamberras todavía otras) de nuestras sesiones de fotos. Ahí van un par de ellas para hacerles fotos a los más pequeños, antes de que pasen unos años, y solo quieran hacerse fotos con la novia y los amigotes.
Guillermo y yo nos las apañamos para hacerle una foto en el mismo escenario con su Ipad ¡Y solamente media cara! Una vez hecho esto, sujetó la foto del Ipad (o cualquier dispositivo electrónico con pantalla grande) sustituyendo la media cara fotografiada y ¡Gamberrada hecha! A la hora de editar la imagen, no olvidéis que la media cara de la pantallita también cuenta.
Si además, vuestro hijo, hija, sobrino, sobrina, o modelo tiene dotes para la actuación ¡Dejadle que ponga todas las muecas que se le ocurran delante de la cámara! Lo pasarán bien y vosotros podéis aprovechar para captar también los momentos en los que ellos mismos se ríen naturalmente de sus propias ocurrencias, y montar un bonito collage que pasará a la posteridad.
Estoy segura que dentro de unos años (pocos ya), cuando Guillermo me vea con la cámara ¡Me mandará a freír morcillas!
Y después se irá con sus amigotes, o su novia…