Cuando entras a la zona de borradores del blog (textos a medias o notas provisionales) que se quedan sin publicar, te vas dando cuenta que hay temas que se atascan, otros que se olvidan y muchos otros que siguen vigentes pero no pasan el filtro del botón "Publicar" (a veces porque son muy duros). Así que hoy, en vez de un resumen de lo mejor del año, vamos a revisar por encima algunos de los textos en formato borrador que seguramente nunca salgan a la luz en forma de entrada.Los primeros borradores que encuentro datan de 2009, con dos temas muy llamativos (y recurrentes) como son los sindicatos, con un caso real fruto de algún encontronazo, y la publicidad y el marketing enfocado al ámbito de la promoción de la salud. Como curiosidad, el primer borrador era una reflexión (fallida, claro) sobre este artículo de opinión del New York Times.En 2010 empezaron las reflexiones sobre enfermedades neurodegenerativas y la tecnología, con frases como esta: "¿La tecnología llegará a sentir la mano de un paciente de Alzheimer?". Curiosamente, encuentro entre los borradores algunas aproximaciones a datos de encuestas como los barómetros del CIS (hay una sobre sanidad pública y privada muy interesante) o los informes anuales de la OMS. Los datos siempre son un buen punto de partida para escribir una entrada. Además, 2010 fue el año de los informes de expertos para salir de la crisis (se publicaron unos cuantos), y algunos comentarios a estos informes se quedaron en borradores (por ejemplo, las notas sobre "Quince temas candentes de la sanidad española para 2010. Propuestas para una agenda" que publicó una consultora). Hay 4 borradores sobre informes que no pasaron el filtro final.En ocasiones los textos se quedan sin publicar por olvidos (lo dejas dos meses, y te das cuenta que el tema no está de moda). Hay un borrador sobre datos y variabilidad que me encanta con algunas ideas de Fiona Goodle que siguen estando de actualidad. Y además, 2010 fue el año de hablar de redes sociales y salud 2.0, intentando aclarar conceptos, compartiendo buenas prácticas, etc.Otros temas que aparecen de forma recurrente en los borradores son la calidad percibida y la satisfacción del paciente y el marketing de la industria alimentaria. Y por supuesto, algunos textos a medio escribir aparecen sobre gestión del cambio, como este apocalíptico inicio (que también se quedó inédito):
En la sociedad actual, hay múltiples caminos para que cambien las cosas, pero todos se pueden resumir en 3: la construcción, la destrucción y la inercia.2011 es el año de la gestión y los textos sobre cultura de las organizaciones, como un análisis sobre este artículo (las conclusiones son muy vigentes: buenos resultados asistenciales se asocian con buen liderazgo, trabajo en equipo, etc). Y también fue el año de hablar de la cara oculta de la luna: los proyectos colaborativos en el ámbito de la salud, es decir, de iniciativas con poco apoyo de las instituciones pero con muchas personas trabajando y poniendo kilos de ilusión sobre la mesa (como 24H24P, Mírame Diferénciate o el manifiesto de Abla).También aparecen enlaces que se quedaron sin una triste reflexión, como este artículo del gran Atul Gawande sobre el papel del coach en el mundo sanitario, o algunos enlaces sobre el aprendizaje basado en el error. Y por supuesto muchos borradores sobre crisis, eficiencia, evidencia, datos, pacientes e incentivos. Otro gran tema que aparece en los borradores es la innovación, como este artículo que publicó The Guardian sobre el papel de los líderes ante los procesos de innovación, y que se quedó también en la nevera.En cuanto a los temas de moda, de forma periódica surgían notas e ideas sobre noticias de actualidad que tampoco pasaban el filtro. Por ejemplo, el copago, los nuevos modelos sanitarios, el papel de la atención primaria, tecnología o las denuncias (casi un grito en el desierto) sobre el corporativismo en el sistema. Esas quejas amargas en ocasiones tienen títulos muy directos, como "Perro no muerde perro".Continuará...
En los últimos tiempos, los principales ejemplos que se ven suelen ir asociados a la destrucción: criticar lo que hacen otros, romper moldes, echar por tierra otros proyectos, etc. Y todo ello sin aportar apenas nada nuevo. Casi que prefiero a los que no hacen nada, que al menos no ponen zancadillas.