Revista Salud y Bienestar
Hace 15 años la ciencia dio un paso de gigante en la lucha contra el sida al descubrir los denominados «controladores de élite», personas que pese a estar infectadas por el VIH presentaban una carga viral apenas perceptible. Ahora, la ciencia se apunta un nuevo tanto al detectar un subgrupo dentro de estos controladores capaz no sólo de mantener a raya la enfermedad sino de controlar el virus de forma más eficaz y natural. «Su organismo reacciona como el de un seronegativo, sus genes se expresan como los de una persona que nunca ha padecido la infección», explica a ABC el investigador del IrsiCaixa, Javier Martínez-Picado, junto a la doctora María José Buzón, miembros del equipo español que ha participado en este estudio internacional, publicado este mes en la revista médica «Journal of Virology» .
La investigación, dirigida por un equipo de especialistas del Ragon Institute of Massachusetts General Hospital, se basa en una muestra de 35 pacientes de diferentes países, clasificados en tres grupos: 12 controladores de élite, es decir personas infectadas pero con baja carga viral y que no se medican; nueve personas infectadas que reciben tratamiento; y finalmente, 14 personas sanas.
«La élite de la élite» Los investigadores analizaron la expresión de 30.000 genes diferentes de cada persona, a través del ARN mensajero —la forma en la que el material genético sintetiza las proteínas—.
«El objetivo era ver las características comunes y las diferencias en las radiografías de la expresión génica entre los tres grupos; observar cómo se expresaban en cada uno de ellos determinadas proteínas», afirma el investigador Javier Martínez-Picado. Gracias a este control, se pudo observar que entre los controladores de élite había un subgrupo reducido de pacientes (una cuarta parte) que era muy parecido desde el punto de vista genético a las personas que no han presentado nunca la infección, a los que bautizaron como «la élite de la élite».
La importancia del hallazgo es clave, según apuntó el investigador, ya que «saber que estos pacientes tienen la clave del control natural de la enfermedad nos acerca a una terapia que en un futuro próximo nos permita erradicar el sida». Además, sus niveles de expresión génica apuntan que podrían tener una mejor esperanza de vida.
«Los infectados con el virus del sida presentan un sistema inmunitario en un estado de activación crónica, que va asociado a determinadas patologías (enfermedades cardiovasculares, problemas hepáticos, renales u óseos...), mientras que las características genéticas de este nuevo subgrupo de controladores nos hacen sospechar que probablemente no desarrollarán estas complicaciones y vivirán más años», concluye Martínez-Picado.
Este estudio científico se ampliará en los próximos meses con nuevas muestras de controladores de élite de diferentes países. «Esperamos llegar a los 1.500 pacientes», avanza el investigador.
**Publicado en "ABC"
La investigación, dirigida por un equipo de especialistas del Ragon Institute of Massachusetts General Hospital, se basa en una muestra de 35 pacientes de diferentes países, clasificados en tres grupos: 12 controladores de élite, es decir personas infectadas pero con baja carga viral y que no se medican; nueve personas infectadas que reciben tratamiento; y finalmente, 14 personas sanas.
«La élite de la élite» Los investigadores analizaron la expresión de 30.000 genes diferentes de cada persona, a través del ARN mensajero —la forma en la que el material genético sintetiza las proteínas—.
«El objetivo era ver las características comunes y las diferencias en las radiografías de la expresión génica entre los tres grupos; observar cómo se expresaban en cada uno de ellos determinadas proteínas», afirma el investigador Javier Martínez-Picado. Gracias a este control, se pudo observar que entre los controladores de élite había un subgrupo reducido de pacientes (una cuarta parte) que era muy parecido desde el punto de vista genético a las personas que no han presentado nunca la infección, a los que bautizaron como «la élite de la élite».
La importancia del hallazgo es clave, según apuntó el investigador, ya que «saber que estos pacientes tienen la clave del control natural de la enfermedad nos acerca a una terapia que en un futuro próximo nos permita erradicar el sida». Además, sus niveles de expresión génica apuntan que podrían tener una mejor esperanza de vida.
«Los infectados con el virus del sida presentan un sistema inmunitario en un estado de activación crónica, que va asociado a determinadas patologías (enfermedades cardiovasculares, problemas hepáticos, renales u óseos...), mientras que las características genéticas de este nuevo subgrupo de controladores nos hacen sospechar que probablemente no desarrollarán estas complicaciones y vivirán más años», concluye Martínez-Picado.
Este estudio científico se ampliará en los próximos meses con nuevas muestras de controladores de élite de diferentes países. «Esperamos llegar a los 1.500 pacientes», avanza el investigador.
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