Revista Insólito

Ideologías de odio: Los anti-derechos humanos

Publicado el 23 noviembre 2019 por Belduque

Ideologías de odio: Los anti-derechos humanosEs muy lamentable como un país que vivió una dictadura socialista ahora tendrá una dictadura religiosa, me refiero a Bolivia pero esto le puede ocurrir a cualquier otro país en el mundo, aunque algunos piensan que México esta padeciendo una combinación de ambas, por la anormal participación de grupos religiosos en cuestiones de política y sociedad.
Aunque esto no es nuevo en México, desde sus inicios nuestra nación fue sometida por la cruz, el acero y el fuego, la trinidad de la conquista y el sometimiento. Pero eso fue en el pasado, trágico y oscuro, en donde solo unos cuantos iluminaron el mundo a pesar de las doctrinas que veneraban la oscuridad del pensamiento impuesta con cruces, y más cruces.
Hoy en día el mundo trata de avanzar y progresar, pero las sombras del pasado siguen tratando de tomar al mundo con sus garras. La Biblia, ni ningún otro libro religioso, debe de volverse a utilizar para gobernar a un pueblo, nunca más se debe de cometer tal atrocidad. Es bien sabido que algunos creyentes de una “fe” inculcan el odio y el desprecio a los que son ajenos a su “fe”, por lo que esas prácticas van directamente en contra de los valores y derechos humanos. 
Y es aquí donde entra la cultura de género, que busca defender y promover la importancia de las libertades y virtudes humanas por encima de cualquier culto o dogma impuesto. Eso de “Respetamos toda ideología que sea afín a nuestras creencias” no tiene ningún valor ni relevancia, solo denota una evidente intolerancia contra lo que es distinto.
Quien está en contra de la cultura de género, evidentemente está a favor de las ideologías y creencias de odio que son contrarias a ella. Cada día más organizaciones a favor de los derechos humanos apoyan las iniciativas generadas de la cultura de género, iniciativas que analizan a profundidad antes de apoyarlas, pues se basan en los datos duros y la cruda realidad de la sociedad actual.
Muchos promotores de las ideologías de odio, contrarias a la cultura de género, ahora utilizan la posverdad (pues vieron que utilizar versos de libros religiosos no funciona con personas cultas) manipulando y tergiversando las cosas para pintar una “verdad” que les es favorable. Un ejemplo de esto es la frase “Los progres quieren que abortes a los bebés, pero si nacen niños quieres que lo vistas de niña, y si está enfermo que le apliques la eutanasia”. No es una frase inventada, es una mentira dicha y repetida por muchos anti-derechos humanos.
A nadie se le obliga a abortar bebés, a nadie se le obliga a casarse con una persona homosexual, a nadie se le obliga a cambiar de sexo, y mucho menos a nadie se le obliga a la eutanasia. Eso es completamente falso, una vil mentira que individuos con falsas máscaras de moralidad y decencia quieren hacer creer en medios de comunicación y redes sociales.
Nadie obliga a nadie a tomar ese tipo de acciones, pero nadie tiene el derecho ni la autoridad moral para evitar que alguien tome esa acción si así lo desea por voluntad propia estando en completo uso de sus facultades mentales. A diferencia de los fanáticos religiosos, esas personas desequilibradas que quieren verlo todo del mismo color de su “fe”, y todo lo que no sea así, es pagano, hereje o maldito, y merece ser juzgado y condenado por ellos mismos. 
La psicología y la psiquiatría contemporánea ya tiene bien identificada a las patológicas de las creencias religiosas, algo que ha causado escozor entre algunos grupos religiosos, pero es la cruda realidad de ese fenómeno cultural llamado religión, que honesta y francamente, no es más que mitología sobre valorada. Se respeta a las personas, a las creencias no hay porque respetarlas si van contra la realidad.
Si quieres que los demás respeten tus ideas, tú debes de comenzar por respetar las de los demás, no puedes pedir respeto y tolerancia si tú mismo no la das primero. Y por eso mismo, ninguna institución de defensa de los derechos humanos irá en contra de las propuestas surgidas de la cultura de género, pues sería ir en contra de las mismas libertades humanas.

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