I+D+i EDUCATIVA.

NO HAY MAESTRO QUE NO PUEDA SER DISCÍPULO de B. Gracián

Durante el 2006 la ciudad de Washington creó un sistema de evaluación que dividió a sus docentes por sus resultados. La calidad de la enseñanza mejoró notablemente, pero la radicalidad de las consecuencias sobre los 241 docentes despedidos y los 700 apercibidos para que mejorasen se encontró con la oposición de los sindicatos y el rechazo de los trabajadores. Es un ejemplo de cómo un buen fin puede quedar desacreditado por las consecuencias generadas. Pero a pesar de ello, y salvando las distancias con los EEUU, si deseamos una educación que trabaje la calidad, no bastará con que familias e hijos cumplan con sus obligaciones ni con las buenas intenciones puestas por los profesores.

La matización es importante, porque en un sistema educativo que tiene que sufrir una gran transformación para adaptarse a las nuevas tecnologías, donde el escuchar y tomar apuntes se va paulatinamente sustituyendo por la utilización de internet, pizarras electrónicas o plataformas virtuales, la institución educativa y el profesorado no pueden quedar al margen y tendrán que afrontar sus deberes. No puede olvidarse que los alumnos que abandonen el sistema escolar serán también buenos en la medida en que hayan recibido una docencia de calidad. Y ésta no puede venir sólo de la mano del esfuerzo que realicen familias e hijos y la buena voluntad del profesorado.

Habrá que prestar más atención a la innovación de la docencia y a la realización de programas de calidad educativa evaluables que respondan a las demandas sociales y a la opinión de los alumnos. Hará falta valentía para cambiar unos hábitos y costumbres arraigados en quienes están acostumbrados a evaluar. Éstos tendrán que aprender que su labor también puede ser revisada en busca de la excelencia educativa.

Harán falta medios y recursos materiales, pero de la misma manera serán necesarias decisiones estratégicas que cambien inercias para que los procesos educativos puedan ser evaluables como senda hacia la calidad educativa. Si se valora positivamante el I+D+i en la estructura empresarial, la escuela no puede permanecer al margen de lo que socialmente luego se pretende que encuentren sus alumnos. Por ello, evaluar lo que se hace y trabajar por las cosas bien hechas ha de llevar al sistema educativo a afrontar sistemas de Q de calidad o de Normas ISO como reto a incluir en sus sistemas de enseñanza.