[ Esta reseña se publicó en Aceprensa el 1.III.16 ]
Se conoce con ese nombre al enfrentamiento por el poder que se dio en Inglaterra entre las casas ducales a partir de la muerte de Eduardo III. La rosa blanca que representa a los de York y la roja de los Lancaster disputarán por el trono a lo largo de treinta años.
Este volumen se centra en el origen de la contienda y nos traslada a la Guerra de los Cien Años. La novela comienza a mitad del S. XV cuando reina el débil Enrique VI. Su principal problema fuera es mantener los territorios de la corona en Francia, donde reina su tío Carlos VII. El jefe de espías Derry Breweer urde un pacto: veinte años de tregua a cambio de la boda de Enrique VI con Margarita de Anjou y la devolución a Francia de Maine y Anjou. Las cosas se tuercen cuando los ingleses ahí establecidos se niegan a abandonar el suelo francés. Paralelamente, hay problemas internos en Inglaterra. Jack Cade, líder de los rebeldes de Kent, logra formar un ejército y amenaza con tomar Londres.
Primera parte de una larga trilogía publicada originalmente entre 2013 y 2015. Combina la gran política (reyes, nobles, militares, espías y verdugos) y las historias personales, las de esos grandes protagonistas y las de otros intervinientes menores (un rebelde y su hijo, un financiero judío, médicos y torturadores). A medio camino entre la ficción divulgativa y la novela histórica seria, Iggulden (Londres, 1971) tiene ya una larga trayectoria en la que destacan sus pentalogías sobre César y Gengis Khan. Está bien documentado y conoce a fondo los periodos, narra con agilidad y corrección y no descuida a los personajes, cuya evolución es siempre lo que más atrapa al lector. Dos cosas hace Iggulden especialmente bien: mostrar el lado humano de los grandes personajes históricos y narrar batallas con emoción. El libro incluye cuadros genealógicos al uso, un mapa, lista de personajes y justificación final de ciertas desviaciones históricas. BIEN.