Revista Espiritualidad

Iglesia C por A… Cuando la Fe se convierte en el negocio mas lucrativo

Por Vmrawlins @VMRAWLINS

La religión siempre ha sido el mejor de los negocios. Desde las civilizaciones antiguas, nos hemos topado con “representantes de los dioses” que cobran una “ofrenda” para mantener a los creyentes conectados con los mismos. Actualmente la corporación religiosa más lucrativa es el cristianismo. No es extraño el ver sacerdotes, pastores y pastoras sacar “bendiciones personales” del manejo de la fe. No hay persona más dispuesta a pagar que aquella que está convencida de con eso se ganara el cielo. Los primeros en poner en marcha este concepto fueron los piadosos cardenales del Vaticano de la Edad Media. Con todas las buenas intenciones, inventaron lo que se conoció como “indulgencias”. Les explico: si tienes un familiar en el purgatorio, el pago de estos certificados de salvación garantizaba el que la persona fuese directo al cielo. ¿El problema? ¡El gran costo de dichos certificados! El efecto en la moral y los bolsillos de los pobladores de la Europa medieval provoco el estallido conocido como La Reforma protestante. El catolicismo aseguro la obtención de recursos, auxiliándose de la idea de que todo “Estado debe colaborar con la construcción del reino de los cielos (en la tierra)”. Aquí vemos las negociaciones del Vaticano con gobiernos de países católicos mediante los Concordatos. Los concordatos son documentos que comprometen a la nación firmante apoyar y sostener a las instituciones de la iglesia. Republica Dominicana es uno de los tantos países que han firmado un concordato con el Vaticano. Cada nación debe aportar para la construcción de escuelas, iglesias, conventos, universidades y seminarios de la iglesia católica. ¿Qué le devuelve esta? ¡La bendición de sus oraciones! Es interesante notar que el Concordato firmado entre la Santa Sede y el Gobierno Dominicano fue bajo la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo[1]. Esto es algo interesante pues un Concordato es una especie de reconocimiento a un gobierno por parte de la Curia romana. Permítame presentarle los acuerdos más destacables del Concordato Vaticano – Republica Dominicana[2]:El Estado dominicano reconoce a la religión católica como la fe de la Nación y de los derechos de la que goza está conforme con “la Ley Divina y el Derecho Canónico” (art. 1)El Estado dominicano reconoce a la Iglesia Católica el carácter de sociedad perfecta y se le garantiza el libre y pleno ejercicio de su poder espiritual y de su influencia (art. 3.1).Se respeta la influencia de la Santa Sede sobre los católicos dominicanos (Art. 3.2)El Estado reconoce y respetara a las instituciones de la iglesia (Art. 4.1)El gobierno dominicano se compromete a construir la Iglesia Catedral o Prelaticia y los edificios que sirvan de habitación al obispo o prelado (Art. 7.1).El Gobierno dominicano se compromete a subvencionar mensualmente los gastos administrativos del momento y futuros de la Arquidiócesis de Santo Domingo y de cada Diócesis o Prelatura del país. Igualmente llevara el mantenimiento de los gastos de las iglesias pobres (Art. 7.2).El Estado dominicano reconoce y garantiza la propiedad y bienes de la iglesia en su suelo.Los bienes de la iglesia no podrán ser gravados con impuestos, y los eclesiásticos estarán exentos al pago de cualquier impuesto (Art. 23. 2 y 3)Es interesante entre ver los beneficios económicos del concordato. Algo curioso fue la cuota impuesta por el Vaticano al Estado dominicano. En el documento se estipula que mensualmente se el Estado dominicano daría $500 a la Curia arquidiocesana de Santo Domingo y a las Curias de las diócesis se les daría $300, mensualmente. Obviamente en esa época, estas eran cantidades consideradas altas. ¿Cuánto se pagara ahora por tener la bendición diocesana? También el Concordato estipula el pago de cuatro becas para seminaristas que fuesen a cursar a Roma. En otras palabras, el país carga económicamente con la bendición de tener a la iglesia en su suelo. Esto es solo un ejemplo de la política vaticana a nivel mundial, y su negociación de los bienes de la gracia.Negociar con los tesoros de la gracia no es algo reciente. Tampoco exclusivo del catolicismo. Los protestantes, especialmente los evangélicos, han desarrollado una nueva especie de teología peculiar. Nos referimos a la “Teología de la prosperidad”. Suena bonito… pero… el asunto está en que mueve al creyente a esperar las bendiciones abundantes aquí en la tierra; y que para las mismas debe “ofrendar” a las arcas de los diversos ministerios. Dicha enseñanza es parte central de evangelistas como Cash Luna (suena ocurrente que el primer nombre de este pastor sea la palabra inglesa para referirnos a “cambio monetario”), Creflo Augustus Dollar Jr., Benny Hinn, Joyce Meyer, y muchos otros pilares de Enlace TBN. Su lema es: “mientras más hechas en el alfolí, mas recibes en tu casa”. Además, se nota de forma repulsiva como sus exponentes son los más bendecidos. Se han hecho hediondamente ricos. Un artículo publicado en Latinosenlared.com revela los frutos de este mercado de la gracia:“Un hecho es indudable: crea uno o no en los predicamentos de la Teología de la Prosperidad, los cierto es que sus predicadores se han hecho groseramente prósperos.Creflo Augustus Dollar, Jr., un ex terapeuta especializado en psicodrama, hoy pastor televangelista, fundador de The Christian World Changers Ministries (el título puede significar tanto “cambiadores del mundo” como “cambistas del mundo”) es dueño de dos Rolls-Royce, tres jets, una mansión en Georgia y un departamento en Manhattan.Joyce Meyer, una autora y televangelista cuyos programas se emiten en más de 150 países, admite ingresos cercanos a los 100 millones de dólares anuales, tiene propiedades en todo el mundo y no se mueve sin su jet.Toufik Benedictus “Benny” Hinn, hijo de un palestino y una armenia, fundador de la World Healing Center Church and Benny Hinn Ministries , presume de curar a los enfermos y es conocido por no escatimar en sus extravagancias. En diciembre de 2006, por ejemplo, pidió a sus miles de adeptos contribuciones para comprarse un avión jet Gulfstream G4SP valuado en 36 millones de dólares”[3].Dichos evangelistas son investigados por autoridades del senado de los Estados Unidos. Su fortuna sobrepasa a los miles de dólares. Con lo revelado en el artículo, no culpo el que estos evangelistas hagan de la teología de la prosperidad su santo y seña. Lo interesante es que esta “teología” es actualmente denunciada por líderes evangélicos debido a las imprecaciones materialistas de la misma. Parece que el mercado de la salvación solo ha beneficiado a los evangelistas evangélicos que promueven la teología de la prosperidad (de ellos). Actualmente el negocio de la fe ha llevado a que una persona, que se siente haber sido impresionada por el Espíritu Santo, abra una pequeña congragación. Se “ministerio” se sostiene por las ofrendas de los feligreses que consigue. El asunto no es que se ofrende; sino el destino de las ofrendas. Las mismas, pienso que la biblia así lo ensena, deben servir para el beneficio de la iglesia; léase de los miembros de la comunidad. Pero no, que vemos: construcción de grandes catedrales y templos, vehículos nuevos para los ministros; ropas y escenografías costosas para impresionar la vista…. ¡mientras que por el otro lado vemos hermanos despellejándose por la necesidad!Pienso que ninguna iglesia cristiana es exenta de la corrupción propia de la adquisición de bienes materiales. La misma iglesia adventista ha tenido que enfrentar la falta de sobriedad de algunos de sus dirigentes. Hace varios años que ADRA, el programa de asistencia de la iglesia Adventista, fue acusada a finales de los 90’s, por malversación de fondos, correspondientes a ayudas de parte del USAID. Los periodistas Eric Lichtblau y Tom Gorman, ambos de la redacción de Los Ángeles Times, publicaron un artículo en el que exponían las irregularidades cometidas por la organización de asistencia de la iglesia adventista en Rwanda[4]. La administración de la iglesia llego a un acuerdo en 1993 para sanear la operación de ADRA y enfilarla como la organización de asistencia que debe ser. La iglesia adventista, actualmente, posee una solida entrada financiera, la cual estriba en: diezmos, ofrendas, instituciones educativas privadas, restaurantes de comidas saludables, fábricas de suvenires, fábricas de alimentos, clínicas; etc. ¿llegan las ganancias a donde tienen que llegar? El apóstol Santiago bien dijo que el “Amor al dinero es la raíz de todos los males”. Es una tentación que pocos pueden resistir. Una institución como la iglesia, cualquiera que sea, que maneje grandes cantidades por conceptos de diezmos, ofrendas, asistencias, ganancias de instituciones pertenecientes a estas; subvención del gobierno; no puede escapar de las trampas y rejuegos financieros. Cuando el dinero no es usado para aliviar las necesidades de los miembros de la iglesia, y se desviar para el beneficio de un pequeño grupo de ministros sacerdotales o pastorales; la iglesia se convierte en una compañía tan corrupta como cualquiera secular.Existe una palabra para todo esto… mmm… es bíblica… mmm… ¡ya recuerdo! Se llama Simonía…

[1]Los signatarios fueron Monseñor Domenico Tardini, Secretario de Estado para los Asuntos Eclesiásticos Extraordinarios del Vaticano y el Generalísimo Rafael Leónidas Trujillo. Bajo el pontificado de Pio XII. [2]El resto lo puede encontrar en ww.vatican.va/roman_curia/secretariat_state/archivio/documents/rc_seg-st_19540616_concordato-dominicana_sp.html [3]Latinosenlared.com; “Teología de la prosperidad: los millonarios despachantes del cielo”; escrito por Mario Diament. [4]Articulo correspondiente al viernes 14 de agosto de 1998

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