Para el autor que mantiene con vida esta humilde bitácora es un orgullo anunciar a los lectores de Lugares con historia que el artículo que vais a disfrutar está redactado bajo la ágil y precisa pluma de Mariano F. Urresti. ¿Qué quién es el susodicho? Sobran presentaciones. Nacido en Santander, Mariano es licenciado en Historia y autor de casi una veintena de libros sobre enigmas históricos, entre los que destacan Los Templarios y la palabra perdida, La vida secreta de Jesús de Nazaret o Felipe II y el secreto de El Escorial. Su último trabajo es La tumba de Verne.
Como buen conocedor de la zona norte de España, donde reside, en concreto en Santillana del Mar, Mariano nos deleita con una escapada idónea que disfrutarán los amantes de la historia y los viajes. En esta ocasión, el trayecto transporta al viajero rumbo a Cantabria para descubrir una joya de la naturaleza, la arquitectura y el pasado horadada en plena roca. Todo esto da forma a un lugar único e irrepetible: la Iglesia de Arroyuelos, declarada Bien de Interés Cultural.
La iglesia rupestre de Arroyuelos./Mariano F. Urresti
La relación espiritual entre el hombre y la tierra es tan vieja como inseparable el anhelo del ser humano por trascender su propia identidad. Y por ello, de un modo consciente o inconsciente, buscó a lo largo de la historia aquellos enclaves donde la comunión entre arriba y abajo fuera más sencilla, rápida, sin burocracia ni intermediarios.
Por eso no puede deberse únicamente a la facilidad con la que se deja horadar la roca arenisca wealdense (del Cretácido Inferior) que se encuentra en abundancia en determinados lugares del Alto Ebro (aunque sin duda contribuyó esa docilidad) a la extraordinaria abundancia de iglesias rupestres y necrópolis de tumbas excavadas en la roca que podemos encontrar en ellas.
Responden cronológicamente a los esfuerzos de ascetas que vivieron alrededor del siglo IX y X, pero no es menos cierto que los restos arqueológicos arrojan en algunos casos la presencia de cerámica y otras industrias que hacen pensar que esos enclaves fueron empleados tal vez con los mismos fines religiosos, aunque paganos, en épocas tan remotas como el Paleolítico o la Edad del Bronce.
Interior de la iglesia de Arroyuelos./P. B. Obregón
Es extraordinaria la abundancia de estos ejemplos en un valle como el de Valderredible, cuyo nombre deriva de Val de Ripa Hibre (o valle de la ribera del Ebro). Es el más meridional de Cantabria. De entre los muchos ejemplos posibles, ofreceré únicamente el de la iglesia rupestre de Arroyuelos.
Si el viajero ha entrado a Valderredible por la carretera nacional de Burgos a Santander, será éste uno de los primeros lugares que debiera visitar. Dejará atrás la última casa del pueblo del mismo nombre. Apenas un puñado de metros lo separan de la piedra encantada. La roca esconde con mimo una estructura de dos plantas cuyas naves se orientan escrupulosamente al este. La nave principal termina en un gran ábside de planta de herradura, típico de la arquitectura mozárabe, y presenta una bóveda de cuarto de esfera.
La cabecera y la nave de la iglesia de Arroyuelos se separan discretamente por un arco de herradura y un banco corrido y ganado a pulso a la roca nos mira mientras recorre el ábside. Y allí podemos sentarnos y preguntar a quien cada cual quiera por qué el eremita eligió aquél lugar, si es que fue él. Y es que es muy probable que el enclave fuera olfateado por otros chamanes mucho tiempo atrás.
Entrada a la iglesia horadada en la roca.
Existe asimismo un grueso pilar que separa la nave grande de la secundaria paralela, y en la planta superior nos asombra con su propósito de conseguir de la roca nada menos que un triforio (apertura geminada en el grueso del muro) que tal vez fue más grande en otro tiempo, como denuncian algunas marcas que pudieron servir de apoyo a un entramado de madera.
Según el historiador Enrique Campuzano Ruiz, la iglesia se dedicó en una época indeterminada a San Acisclo y Santa Victoria, considerados mártires en la ciudad de Córdoba. Hay algunos autores que determinan el origen de este templo de época visigótica por las inscripciones aparecidas en otras iglesias, con una cronología anterior al año 711, momento en el que se inicia la conquista árabe de la península.
Espero que hayáis disfrutado tanto como yo de esta pequeña, pero enorme escapada, no exenta de una historia enigmática y cautivadora que permanece perenne a lo largo de los siglos. Agradecer la inestimable colaboración de Mariano F. Urresti, a quien podéis seguir en su página web. Sin más por hoy, os dejo con una sucesión de imágenes fijas que, en poco más de un minuto, presentan la grandeza que destila la iglesia de Arroyuelos:
Dónde dormir: Camping de Valderredible; Carretera Polientes-Escalada, Km 31, 39220 Valderredible (Cantabria); teléfono: 942776138.
Dónde comer: Bar restaurante La Parra; Polientes s/n; Polientes (Cantabria); teléfono: 942776130.