El ambiente ortodoxo del lugar es magnífico: los íconos muestran su fuerza y colores sobre el conjunto de paredes y techos abovedados y ennegrecidos por el humo de las finas velas que se encienden, en gran cantidad, con numerosas lámparas que cuelgan del techo.
Se destaca uno de los íconos, de la Virgen de rostro serio con el niño, a diferencia de un ícono similar en Belén en la que la Virgen sonríe. En una piedra tallada se encuentra la tumba de la Virgen María. También es punto de atracción una piedra en forma de lecho para reposo funerario. Hay otra iglesia en el Monte Sión que es llamada la Abadía del Tránsito o de la Dormición que tiene que ver con esa etapa de la Virgen María.
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