La iglesia actual de Broto se construyó en el siglo XVI (1578) y posee una forma característica, con caracteres transicionales de los estilos predominantes de la época, funde la arquitectura gótica aragonesa con el renacentismo. Es de dimensiones mucho mayores que la mayoría de iglesias de su valle, poderosa y de formas compactas, tiene un campanario terminado en almenas y con abundantes aspilleras visibles por toda su fachada para su defensa. Es un ejemplo característico de iglesia fortificada altaragonesa.