Igor Basuko, ese concursante de “Gran Hermano” famoso por conseguir que cada mañana sus calzoncillos se convirtieran en la tienda de campaña más robusta y enorme de cuantas habitan por Guadalix ha vuelto a ocupar las primeras páginas de los diarios por, presuntamente, saber aprovechar muy bien sus cualidades sexuales.
Según publicaron varios medios vascos la pasada semana, Igor creyó oportuno que después de tener un conato de relación sexual rozando la zoofilia ecuestre en la casa más famosa de España, bien podría ser un digno sucesor de la Galera y dedicarse a vender su chistorra por horas. Así de dispuesto puso un anuncio donde publicitaba sus servicios sexuales a cambio de unos dineros… Vamos, lo que viene siendo un puto de tomo y sobre todo, lomo.Pero ahí no queda la cosa. Si no tuviera suficiente con ser puto y ludópata confeso –en proceso de rehabilitación-, supuestamente también habría sido un ladronzuelo después de apropiarse de los números de la tarjeta de crédito de una clienta que previamente habría catado el vasco manubrio durante dos intensas horas. Un polvo mucho más caro de lo previamente pactado ya que según la denunciante después, el gran hermano habría utilizado estos números para hacer apuestas online por valor de 3.000 euros.Igor se ha defendido desde “El Confesionario de Kiko” asegurando que jamás ha ejercido la profesión más antigua del mundo (aunque cualidades, no le faltan…) y que aún no ha recibido notificación judicial alguna sobre esta presunta estafa que le puede costar al vasco un puro aún mayor del que guarda entre sus piernas….
Por Sergio Mata