Revista Opinión
Igualdad, la utopía Socialista
La igualdad, es un término, usado hoy por los políticos de manera ya repetitiva. Ahora si el gobierno es de corte socialista y disminuye la desigualdad, eso es un triunfo moral. “Mejor todos peor, pero iguales es la consigna.”
No somos todos iguales, por tanto, tendremos a lo largo de nuestra vida distintas oportunidades y distintos resultados y la única igualdad donde no podemos ser diferentes, es ante la ley.
La igualdad de oportunidades no existe, es una utopía. Hay personas más altas y más bajas, más flacos y más gordos, más atractivos y menos atractivos.
Una persona más atractiva tendrá más oportunidades que una menos favorecida, en lo emocional, laboral, en casi todos los aspectos.
En nuestra sociedad ser bonita o atractiva, da una mayores oportunidades. Debemos cobrar un impuesto a las bonitas? Nadie lo ha propuesto. Sería una estupidez.
Igualmente, pasa con las capacidades intelectuales, tendremos personas brillantes, normales y no aventajados. Y lógicamente los resultados serán totalmente diferentes. Y si libre de fraude, tiene el más brillante mejores rendimientos escolares y luego monetarios, debemos castigarlos? Poner un impuesto a la inteligencia.
Por último, no dejaría de mencionar las mal llamadas habilidades blandas, como el esfuerzo, la constancia, la disciplina, liderazgo y tantas otras habilidades, que también hacen que tengamos diferentes resultados.
Lo que debe garantizar un gobierno serio, son más oportunidades no igualdad de oportunidades, que haya más empleo, más oficios y más formas de desarrollo para los individuos.
Debemos dejar por eso que los menos atractivos, menos aventajados intelectualmente y con menos habilidades a su suerte. No, ahí el gobierno, es quién con nuestros impuestos, debe destinar recursos focalizados y ayuda, para al menos dar un mínimo digno. Sin embargo, otra cosa es matar la gallina de los huevos de oro.
Es curioso que esto se trata un poco de resentimiento y envidia, si bien al parecer podemos aceptar a los más altos, flacos y atractivos, no podemos tolerar la diferencia de resultados económicos. Pero que papel juega nuestra responsabilidad, y nos cuestionamos alguna vez, si fuimos lo suficientemente disciplinados, si hicimos todo lo posible con nuestras habilidades, sí las oportunidades las aprovechamos al máximo.
Y como ahí no siempre nos gustará la respuesta, mejor reaponsabilizar a otro.
Esto lo ha tomado como bandera el socialismo, apelando a igualarnos a todos lo más posible. Y buscando en lo más oscuro del ser humano, la envidia y el resentimiento. Aquí hay caldo de cultivo para levantar un ejército de resentimientos, incapaces de ver la contribución a la sociedad de los más capaces, en el desarrollo económico, la innovación y la tecnología. Resultados que son para la sociedad en su conjunto.
Así se destruyen paises, tratando de igualarnos, castigando al que lo hace mejor, trabaja más o tiene más habilidades, en desmedro del desarrollo potencial de los países.
José Francisco Cuevas Vila @JFCuevasVila
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