Allá por febrero, ante el decrépito estado de mi pelo, decidí volver a darme a los champús Avalon de iHerb. En el pedido incluí algunos productos habituales como mi pasta de dientes del Himalaya, mis tés, un sérum... Pero no gran cosa, en total el pedido no superaba los 40 euros. No me gusta hacer pedidos más grandes precisamente por lo que os vengo a relatar.
El paquete nunca llegó.
Sabéis, y si no, os lo cuento, que cuando pedís en iHerb os dicen una fecha aproximada de llegada de vuestros ansiados potingues. Pero esa fecha pasó y mi pedido no llegaba. Entre medias, y ante los ataques de locura de mi gato, pedí unos chuches tranquilizantes que tardaron diez días escasos en estar en mi casa. Pero de los champús Avalon, nada de nada.
Preocupada, escribí al servicio de atención al cliente de iHerb. Sin muchas esperanzas porque, al haber hecho el pedido en plan normalito, sin posibilidad de seguimiento, no creía que pudieran decirme nada. Y así fue, me dijeron que no podían decirme dónde estaban mis champús, pero que no me preocupara porque los problemas en la aduana eran comunes y había pedidos que se retrasaban más de la cuenta.
Total, que esperé. Y esperé.
Mientras Penélope me poseía, me armé de valor y me pedí el sérum de vitamina C, que se me había terminado. El sérum llegó dentro de plazo, sin problemas. Más mosqueada que Rato viendo a Montoro entrar en su casa, volví a escribir al Customer Service iHerb, desemplumando para ello mi inglés más florido y formal, por cierto.
Respuesta de los chicos de iHerb, ya casi amigos en este punto: que siguiera esperando, que el plazo a partir del que la cosa comenzaría a oler mal aún no se había cumplido.
Pues nada, seguí esperando.
Y llegó el plazo dado por los chavales de iHerb. Y se pasó. Y el paquete, sí, no llegó.
Volví a escribir a iHerb. Mire usted, y de verdad que no espero que puedan hacer nada, que ya sé que no pagué para que me realizaran el seguimiento, pero oiga, si me pueden dar una pista, lo que sea, si hay alguna forma por la que yo pueda reclamar aquí en la aduana o en correos o algo...
Respuesta, inmediata*, de iHerb: ¿cómo que no podemos hacer nada? Te devolvemos el dinero rait nau.
Te-de-vol-ve-mos-el-di-ne-ro.
Te devolvemos el dinero, sólo con tu palabra a través de correos electrónicos de que el paquete no te ha llegado.
Te devolvemos el dinero, pese a que no te conocemos de nada y no pagaste por un envío garantizado chupi piruli con seguimiento y preferiste ahorrarte unos euros y arriesgarte y mira lo que te ha pasado.
Te devolvemos el dinero. En tres días hábiles.
Te devolvemos el dinero aunque puede que el paquete salga en algún momento de la aduana y termine llegando. Vete a saber.
Porque somos así de molones y de guays y de adorables y de venerables.
Eso sí, corazón, para próximos pedidos, si sigues arriesgándote y los haces sin pagar seguimiento y se vuelve a repetir la situación, verdes las han segado, vete olvidándote de nuestra cara. Con amor te lo decimos.
* Cuando digo inmediata, es que es inmediata. Entre mis correos y la respuesta de iHerb no pasaron nunca más de diez minutos. Lo sé, yo también soy demasiado española como para considerar normales estas cosas. Aún sigo sin dar crédito.