Los bombardeos aliados tenían como objetivo quebrantar la moral de la población, sobre todo la de los obreros industriales. Las acciones, como he indicado, comenzaron en 1942, se incrementaron en los años siguientes.
En 1942 tuvo lugar el primer bombardeo masivo sobre la ciudad de Colonia, la noche del 30 al 31 de mayo. Los británicos lo denominaron "Operación Milenio". Murieron unas 500 personas, pero más de 45.000 quedaron sin un hogar donde vivir.
Destrucción de viviendas en Colonia, al fondo la catedral
Colonia
En 1943, los aliados lanzaron 200.000 toneladas de bombas. La ciudad más dañada fue Hamburgo. La "Operación Gomorra comenzó el 24 julio. La noche del 27 al 28 de julio fue la más devastadora, a las destrucciones se sumaron los incendios. La entrada en contacto de los vientos fríos de la superficie con los muy calientes de encima de los edificios en llamas provocó una serie de vientos huracanados desatando lo que se conoce como "tormenta de fuego" (alcanzando más de 1000 grados de temperatura). La noche del 29 al 30 de julio se reanudaron las operaciones. El 3 de agosto finalizó la Operación Gomorra, dejaba unos 35.000 muertos, 150.000 heridos, unos 900.000 y una ciudad destruida.
Ruinas de Hamburgo
BOMBARDEOS SOBRE HAMBURGO.
“En el espacio de ocho días, del 25 de julio al 2 de agosto, hubo cinco ataques masivos sobre la misma ciudad, a saber Hamburgo. Esta operación iba en contra de todas las consideraciones tácticas, pero no por ello tuvo consecuencias menos desastrosas. Desde los primeros ataques, las conducciones de agua fueron destruidas, aunque a partir de los ataques siguientes los bomberos ya no pudieron extinguir el fuego, se declararon incendios gigantescos, las llamas se arremolinaban furiosamente como verdaderos ciclones, el asfalto de las calles comenzó a quemarse, la gente quedaba asfixiada en sus sótanos o carbonizadas en plena calle. Los efectos de aquellos ataques no pueden compararse sino a los de un terremoto.”
A. Speer, En el corazón del Tercer Reich, 1969.
En 1944, los aliados lanzaron medio millón de toneladas de bombas. Las ciudades dañadas fueron Bruswick, Colonia (bombardeada de nuevo), Darmstadt, Bremen, Essen, Nuremberg, Fráncfort del Meno, y otras muchas.
Los bombardeos en los primeros meses de 1945 dejaron muy dañadas a otras muchas ciudades, entre ellas Berlín. Pero, tal vez, el caso más escandaloso sea el bombardeo de la bella ciudad de Dresde, una ciudad llena de refugiados aquellos días. Durante los días 13 al 15 de febrero se arrojaron sobre Dresde 3.500 toneladas de bombas rompedoras, explosivas e incendiarias de fósforo y napalm. La ciudad quedó calcinada. Es difícil conocer el número de víctimas debido a la gran cantidad de refugiados, aunque algunas fuentes llegaron a barajar hasta 130.000 muertos, hoy, las modernas investigaciones tienden a situarla cifra en torno a 25.000 muertos, muchos de ellos calcinados o abrasados. Se ha discutido y se discute hasta hoy si el ataque a Dresde es un crimen de guerra o era un objetivo militar al ser un nudo ferroviario y sede de industrias bélicas. También hay que destacar que las autoridades nazis de la ciudad no proporcionaron a los habitantes protección antiaérea ni refugios antibombardeos adecuados.
Dresde destruida. Foto tomada desde la torre del Ayuntamiento. Wikipedia
“En mi opinión ha llegado el momento de revisar el bombardeo de ciudades alemanas simplemente con el fin de aumentar el terror, aunque se haga bajo otros pretextos. De lo contrario tomaremos el control de un país completamente arruinado. (...) +666La destrucción de Dresde sigue siendo un serio motivo para cuestionar el proceder de los bombarderos aliados…” (Churchill a los Jefes de Estado Mayor el 28 de marzo de 1945)
Estos bombardeos, desde marzo de 1942 a abril de 1945, dejaron unos 350.000 civiles muertos, un alto porcentaje destruido de las áreas urbanas de las ciudades alemanas (más del 50 %), de las vías de comunicación, de las industrias...
Estos bombardeos indiscriminados son difíciles de justificar por más que los mandos militares lo intentasen con diversos razonamientos. Y son mucho más difíciles de justificar los de la etapa final. El impulsor y el encargado de llevar adelante estos bombardeos fue el Mariscal del Aire Arthur Harris, aunque para ello contó con la aprobación del poder político. Su actuación ha sido objeto de viva polémica entre sus defensores que lo consideran un gran estratega y los que sostienen que estuvo más cerca de ser un criminal de guerra. Lo cierto es que A. Harris recibió varias condecoraciones en los días finales y después de acabada la guerra. En septiembre de 1946 abandonó las fuerzas armadas y se retiró a Sudáfrica como gran empresario agrícola. En febrero de 1953 fue nombrado Barón.