Revista Cultura y Ocio
Ii semana literaria ies mediterráneo - alfredo gómez cerdá
Publicado el 13 marzo 2012 por AntonioparrasanzENCUENTROCON ALFREDO GÓMEZ CERDÁ
“Empecéa escribir literatura juvenil cuando mi hijo aprendía a leer, y es que uno noelige los libros que escribe, sino que es elegido por ellos”
Ese autormadrileño, ganador de Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil,defiende que el mejor de los premios es la atención prestada por los lectores,y a fe que no miente al ver su rostro iluminado por la ilusión al encontrarsecon 150 alumnos de 2º de ESO, ávidos por ametrallarle a preguntas acerca de latrama que tan magistralmente urdió en Elrostro de la sombra, esta novela que bucea entre la culpa y la asunción deresponsabilidades.
Tal y comoafirma Alfredo en su blog Falso Diario (http://www.almezzer.com/blog/2012/03/12/hoy-mas-que-nunca/#comment-38922),“es preciso leer y escribir para conoceral prójimo, para arañar la realidad, para flotar sobre una nube, comprender yconocer mejor el mundo, e incluso para viajar a mundos lejanos; se necesita laliteratura para ser más libres, más críticos e inconformistas, y sobre todopara que nadie nos imponga su futuro”.
Con palabrascomo éstas, y recordando su pasado como lector voraz en el barrio madrileño deCarabanchel, el autor se ganó rápidamente a los alumnos, y fue directamente algrano de los dos o tres momentos de su novela que sabía que más habíanimpresionado a los jóvenes lectores, en especial el momento final del libro,con ese desenlace abierto que debe ser interpretado por el propio lector. Y es que “una buena novela es la que provocapreguntas pero no da respuestas”, y ésa es precisamente una de las esenciasde esta obra.
No hay queolvidar que uno de los mensajes de esta novela es la culpa y la responsabilidad,así como la necesidad de asumir ambas, o lo que es lo mismo, de que cadapersona sea capaz de responder de sus actos. Algunos alumnos le preguntaron quéhubiera hecho él al ponerse en el lugar del padre del protagonista, y sindudarlo reconoció que habría denunciado a su hijo, por su propio bien, pero sinalejarse en ningún momento de su lado. Puede sonar muy contundente, pero secomprende mejor esa actitud si recordamos, como hizo el propio Alfredo, que elser humano siempre aprende mucho más de los errores que de los aciertos.
El acierto,una vez más, ha sido nuestro, al invitar a una persona como él a esta semana, ypoder así disfrutar de sus palabras.