En esta población de apenas mil habitantes surgió en 2010 una iniciativa de cooperación con los más necesitados. Tras dos años destinando los fondos obtenidos a “Asamblea de cooperación por la Paz” que ayuda mediante alimentos y medicinas a los afectados por el desastre de Haití, los beneficios de esta edición serán destinados con los más pobres de la provincia. A través de Red Íncola (www.redincola.org)se ayuda a las personas sin hogar.
En palabras de los responsables de este evento: “el festival no pretende solamente donar la recaudación si no ser una plataforma más para poder GRITAR Y PEDIR BIEN ALTO, que se cumpla esta necesidad tan básica como es el derecho a la vivienda, ya que todos somos responsables de que esto ocurra, y en este caso nosotros por permitirlo.” Esta es la declaración de intenciones que realizan los máximos responsables de Matazarock en su página web: matazarock.blogspot.com.es
El cartel no solo estaba destinado a los amantes del rock. Desde las ocho de la tarde los más pequeños pudieron disfrutar de un cuenta cuentos y un espectáculo de magia con música.
La noche se fue caldeando con una cena gratuíta para todos los asistentes ofrecida por los restaurantes patrocinadores del evento.
Sin apenas un minuto de retraso comenzó a las 22:00 en punto el primero de los conciertos. Los encargados de abrir el espectáculo fueron los componentes del grupo “Desfase”. Cuatro grandes amigos: Mon (bajo y voz), Guille (guitarra) y Javi (guitarra) y Kike (batería) trajeron hasta matapozuelos su ska rock. Con sus letras positivas ayudaron a comenzar la velada con buen pie en una pequeño local donado por el ayuntamiento que comenzaba a estar cada vez más lleno.
Con su rock electrónico Remember these eyes continuó la función. Un renovado rock inglés personalizado en su vocalista Alberto Hernáiz González y unos toques de punk rock del segundo vocalista y guitarrista Fernando Sotelo Ramos. Joven y prometedora banda pucelana que se dejo todo en el escenario por una buena causa.
El público enloqueció con la banda más punk de la noche. “Infinito” hizo que los pocos centenares de personas allí reunidas saltaran a ritmo de canciones como “Oso panda” de Los Lendakaris muertos, además de canciones propias al estilo de la banda panplonica.
Para dar fin a la noche más rockera del año en Matapozuelos estaba K-Yak, otro grupo pucelano fiel al rock tradicional, a un rock de concierto y fiesta.
El público no estaba dispuesto a dejar que se cerrase este centro cívico reconvertido en templo del rock. El grupo “Tos seka”, allí presente, se calzó sus guitarras a petición del respetable y se llevó la gran ovación de la noche.
Un más que buen sabor de boca el que dejó este festival entre sus asistentes que año tras año congrega a nuevos y viejos amantes del rock y de las causas solidarias. Mil euros fue la recaudación destinada a ayudar a los más pobres de Valladolid.
Y es que, ¿Qué mejor manera de llenarse el alma que con rock y cooperación?
María Álvarez Escalante
Ruta 42
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