Todos los que leeis desde hace tiempo (si es que queda alguno) El blog del Marketing sabréis que odio IKEA con todo mi alma. Es algo irracional y seguramente injustificado, pero salvo que sea absolutamente imprescindible, hace un tiempo que me negué en rotundo a tener que ser tratado como ganado al que sacan a pastar, haciéndote pasar por pasadizos infernales llenos de trampas y de atajos desconocidos para los mortales.
Y hoy resulta que juegan con fuego. Seguramente de forma involuntaria, pero he visto en Facebook este spot de IKEA en el que se parodia una de las películas que más miedo me ha dado siempre: El resplandor... y en concreto una de las escenas más recordadas, en la que un niño recorre los pasillos del hotel (en este caso de un IKEA) en una especie de triciclo hasta encontrarse con las gemelas.
Para mi la analogía no puede ser mejor. Recorriendo los infernales y terroríficos pasillos del IKEA para al final del recorrido encontrarse de frente con el mal en persona (la línea de caja!!!)