Un día de verano, un hombre vino a pedirnos que admitiéramos a Iker, su perrito, en el refugio porque se iba a trabajar a Francia. Le hemos explicado lo saturados que estábamos en ese momento, pues tratándose de verano había, como es habitual, muchos animales abandonados y teníamos todas las jaulas y patios llenos de perros. Le hemos hablado de la lista de espera, hemos pedido que esperara unas semanas... El hombre parecía comprenderlo, pero al llegar la noche, simplemente le ató a la valla y se fue sin más. Por la mañana los voluntarios encontraron a Iker esperando a su dueño en la puerta del refugio...
Iker necesita un hogar, estar en el refugio le estresa y es acosado por otros perros, pues es un perrito débil. Pasa casi todo el tiempo correteando sólo por el refugio, merodeando, rebuscando algo, en sus cosas. A menudo viene a pedirnos cariño, se sube y tamborilea con sus patitas en nuestras piernas para que le hagamos caso. Es dulce y aunque tiene un poco de miedo, le encanta estar con las personas.
Está en Granada y se envía. Tiene unos 2 añitos, pesa 12 kg.
Contacto: [email protected]
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