Los italianos, al igual que nosotros los españoles y el resto de países mediterráneos, son valedores de un estilo de vida en el que, a diferencia de los países del norte de Europa o los estadounidenses, tiene cabida el “disfrutar de la vida sin hacer nada”, esto es, el ABURRIRSE.
Y qué necesario es aburrirse. Vivimos en una sociedad en la que “el tiempo es oro” y cualquier segundo que pasamos sin hacer nada parece desperdiciado y sin posibilidades de recuperarlo. Vivimos constantemente conectados con nuestra realidad, con el trabajo, las tareas domésticas, los hijos o el programa de televisión que seguimos y buena culpa de esa hiperconexión la tienen esos dichosos aparatejos llamados “Smartphones” que nos hacen estar constantemente recibiendo información a través de mensajes, correos electrónicos o redes sociales, lo que supone estar siempre en una actitud activa para nuestro cerebro.
Considero muy necesario aburrirse por dos motivos principales:
- Nuestra actividad cerebral necesita periodos de reposo durante el día para tener un funcionamiento óptimo, por eso nos sienta tan bien la siesta.
- Cuando nos aburrimos somos mucho más creativos. Cuando nuestro cerebro desconecta de obligaciones y tareas del día a día es capaz de mostrar toda la creatividad que las rutinas diarias no permiten aflorar. Seguro que os ha pasado que en los instantes antes de dormir se os ocurren un sinfín de ideas, más o menos realizables pero que difícilmente se dan en los periodos de vigilia, es decir, cuando estamos totalmente despiertos, y a la mañana siguiente tenéis dificultades para recordarlas. Nota: tened en la mesita de noche una libreta y un lápiz para no dejar escapar esas ideas. Os sorprenderá.
El aburrimiento tiene muy mala prensa. Parece que cuando nos aburrimos no aprovechamos el tiempo. Y la lectura que hay que hacer de esos periodos es otra. Esos instantes de aburrimiento (mirando por la ventana, cerrando los ojos o meditando -las filosofías orientales nos llevan siglos de ventaja en estos conocimientos-) son los que te van a permitir disfrutar más plenamente de todo lo que haces.
Abúrrete aunque sólo sea 5 minutos al día y dedícate al “dolce far niente”.
Aquí puedes escuchar en La Mañana de COPE Melilla las reflexiones sobre este tema:
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