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Tras dos años y un centenar de conciertos y antes de regresar a Latinoamérica, el 21 de octubre en Madrid, en La Riviera y con todo vendido, Ilegales finalizó su gira La lucha por la vida en España. A falta del estreno del documental Ilegales 82, Jorge Martínez y los suyos han celebrado así el 40º aniversario de su homónimo debut discográfico. "Me siento muy bien, con la vida por delante. Eso de que el Rock 'n' Roll
mata... matarilerileró", confesó el líder del grupo asturiano alrededor de las 20:45 horas, poco después de comenzar.
Auténtica declaración de intenciones, porque el cantante y guitarrista lo dio todo —como si los sesenta y pico años del DNI no fueran con él—, tanto con las últimas canciones del disco La lucha por la vida de 2022, como con los clásicos que el público coreó sin excepción. Desafortunadamente el personal que llenó la sala mostró poco entusiasmo ante sus canciones más recientes y ni siquiera Tarque después... Antes, por partes, sobre el escenario también estuvieron Jaime Beláustegui (batería) y Willy Vijande (bajo), sección rítmica y guardia pretoriana, y Toni Tamargo (teclados y guitarra), el último en llegar a la formación. Si Jorge lo dio todo, ellos tampoco se guardaron nada. De Jaime y Willy nos lo esperábamos, pero la revelación fue Toni; grandísimo fichaje.
"Delincuentes juveniles ayer, hoy hombres peligrosos. Viejas caras, nuevas caras, pero las mismas cabezas...", con permiso de Chicos pálidos para la máquina o Todo lo que digáis que somos, al filo de las 21:00 Agotados de esperar el fin fue la primera canción que fue celebrada y coreada por todo lo alto. Entre láseres verdes y móviles grabando, Enamorados de Varsovia nos permitió disfrutar de los primeros instantes de calma. Algo anecdótico, pues en líneas generales el concierto no concedió muchas más treguas y los títulos se sucedieron sin apenas pausa; todo muy punk. "Las historias más terribles siempre traen canciones tristes", y La Riviera entonó al unísono Ángel exterminador. "No voy a besarte, sólo soy un desertor. Yo no sé nada de palabras de amor", unos minutos después el público volvió a cantar con ganas, aunque en Princesa equivocada destacaría el sonido tan reggae de Willy y las segundas voces de Jaime y Toni, excelente combinación.
"Haciendo gala del atrevimiento y la cara dura que siempre hemos hecho gala Ilegales, vamos a hacer un experimento (...) no somos de grasias [sic], eso es síntoma de debilidad", comentó Jorge justo tras acometer Puta, pero ni con esas el techno punk de Juventud, egolatría —quizás la pista más incomprendida de La lucha por la vida— convenció a su gente. Entonces llegó la hora de presentar al invitado sorpresa de la noche: "la mejor voz del Rock de los últimos 30 años, Carlos Tarque". Tarque colaboró en Divino imbécil al igual que en el listado de La lucha por la vida, pero sucedió algo raro. Jorge tuvo que hacerle un gesto a su invitado para que empezara a cantar y... no salió bien del todo, lástima.
"Me cago en la leche que mamaron los cabrones que me denunciaron, estaban todos amargados porque yo soy mucho más guapo", al son de Hacer mucho ruido los ánimos estaban por las nubes una vez más. Y después de meterse con el Mediterráneo y la "paloma torcaz" de Serrat, Soy un macarra. La Riviera patas arriba, minis volando y gesto cómplice de Jorge hacia Toni, para compartir protagonismo guitarrero en el centro del escenario. Uno de los momentazos de la noche y, además, comienzo de una traca que continuó con Destruye y Bestia, bestia y concluyó con Dextroanfetamina: "Vamos a terminar con las anfetaminas y, si se puede, luego volvemos y tocamos más".
"Regresar para una canción... vamos a
tocar unas cuantas canciones y como estamos en la gira de los 40 años
de Ilegales, vamos a tocar canciones del primer disco. Esto es La casa
del misterio", no, la banda no se hizo de rogar demasiado tras aquel parón sobre las 22:00. Y si hasta entonces los clásicos se habían celebrado en la sala a lo grande, no hubo una sola canción del debut Ilegales que no se coreara en este fin de fiesta con la portada diseñada por Ouka Leele como testigo: Yo soy quien espía los juegos de los niños, Hombre solitario,
Tiempos nuevos, tiempos salvajes, ¡Hola, mamoncete!, Caramelos podridos... Entonces regresó Tarque para rematar con Problema sexual 20 minutos de intensidad pura. "Ilegal de pleno derecho", ese título ya no se lo quita nadie, pero algo volvió a fallar sobre el escenario. En cualquier caso, ningún detalle empañó el broche de la gira La lucha por la vida en Madrid.
Texto: Alberto C. Molina