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Iluminación a domicilio (pilas no incluidas)

Publicado el 03 diciembre 2010 por Imnophotog
... aunque el domicilio sea una residencia de estudiantes.
Hace unos días me encontré con un compañero en el pasillo de la universidad mientras editaba las fotografías del último post. Me comentó que a él también le interesaba la fotografía, hablamos sobre flashes y la cosa terminó ahí.

From myself, with loveO eso pensaba. Al día siguiente recibí un mensaje en facebook en el que me pedía si le podía hacer una fotografía para un proyecto secreto. Deseando que no fuera nada relacionado con un regalo para su novia -y un posible desnudo masculino suyo- quedamos una tarde.
Ésta es la fotografía que le hice antes de tomar la que él me pedía.


Me dirigía hacia la residencia de estudiantes en la que vive, cargado con mi cámara, un disparador de flash remoto, 2 flashes y un trípode...

No sabía lo que me iba a encontrar, por eso decidí ir preparado. Me llevé el trípode pensando en usarlo para aguantar el flash a una altura adecuada.
Con una base para flash (de las que te permiten aguantarlo de pié encima de una mesa, como el de la derecha) puedes colocar el flash encima de cualquier trípode, gracias a la rosca estándar que tienen en la parte inferior. Habitualmente viene incluido con el flash, así que a lo mejor sin saberlo ya dispongas de este adaptador! Y si no, apenas valen un par de euros por eBay.

Iluminación a domicilio (pilas no incluidas)


Después de equivocarme de habitación (¿quién me hubiera dicho que el número del interfono no era el mismo que el de la habitación?) finalmente llegué a su cuarto. Me explicó su idea (que incluía la cantidad habitual de ropa, suspiro de alivio) y empezamos con las fotos.
La habitación era grande, con pared y techo blancos, ambos lisos. El objetivo era un retrato de cintura para arriba, con el fondo lo mas blanco posible. Para conseguirlo, situé a mi modelo en una esquina de la habitación. Así pude utilizar la pared izquierda (de un ligero color crema) para hacer rebotar la luz consiguiendo una luz suave, con sombras muy claras. El techo, no muy alto, también contribuyó a reflejar esta luz.
La sesión hubiera terminado en pocos minutos de no ser porqué, de todas las pilas que llevaba para los flashes, ¡ninguna funcionaba! Se cargaba a duras penas, pero el disparador se negaba a funcionar en esas condiciones... Al final conseguimos exprimir un poco de potencia de unas pilas chinas que nos dejó su compañero de habitación, con las que a duras penas pudimos hacer una decena de fotografías.
La moraleja está clara, llevar siempre pilas de repuesto si pretendéis usar los flashes para algo más que para colgar vuestro abrigo.
Y hablando de flashes, ¿que flashes utilizo? Os los enseñaré en próximas entradas...

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