Iluminados

Vetusta Blues. -

“Iluminados”

Ya saben que con esto de las redes sociales se establecen todo tipo de absurdas guerras bizantinas que no conducen a nada, reproduciendo (y ocupando) el lugar de las antiguas discusiones de barra de bar. Quizás el hecho de que queden reflejadas sobre la pantalla acentúa su extravagancia, incluso, el vacío que las alimenta.De las más recurrentes en estas fechas es la de la iluminación navideña en la ciudad. Uno -que no es muy amigo de este tipo de excesos- comprende que Oviedo no está para estos fastos dados los rigores procedentes del despilfarro y la catastrófica gestión económica heredada del régimen que campó a sus anchas durante veinticuatro larguísimos años en la ciudad. Que hay que pagar aún por Villa Magdalena y una larga lista de pufos que aún nos pesan a todos los ovetenses. Sin embargo, hay quien aprovecha el asunto para acusar al tripartito (hace tiempo que no escuchamos la cantinela aquella del “tripartito del caos”, qué curioso) de ir contra las tradiciones navideñas, tratando de instaurar un nuevo orden, de acabar con la religión y un sinfín de acusaciones delirantes y conspirativas tan en boga hoy en día.Cada ciudad se lo monta a su manera, aunque el reclamo de la iluminación más parece relacionable con aspectos económicos que con consideraciones relativas a la fe o la religión que cada uno profese. En Granada -donde pasé unos días de vacaciones hace unos días- han instalado el mayor árbol de Navidad de Europa. Lo inauguraron en la última noche allí y fue un reclamo para ocupar espacio en informativos y medios de comunicación. ¿Supone eso que son más religiosos? Al dia siguiente, hablando con el taxista que me llevaba a la estación le recordaba la grandeza del refranero español (también la de las maravillosas e infravaloradas “greguerías” del gran Ramón Gómez de la Serna) al hilo de estas discusiones sin solución: “Ni contigo ni sin mí tendrían arreglo mis penas”, me parecía idónea. Si se iluminan temprano, escucharemos la cantinela del gasto superfluo que podría dedicarse a otros menesteres; si se prefiere retrasarlo unos días respecto a otras ciudades, nos encontramos envueltos en una conspiración ideológica urdida en las más altas esferas del poder municipal para anular el sentimiento religioso de muchos de los ovetenses.Al final de todo, se trata de tocar un poco las narices. Del intento de creación de situaciones que, si se analizan con un poco de profundidad, tratando de que la razón impere, se desbaratan fácilmente. Por cierto, ¿se acuerda alguien de las bandadas de estorninos? Pues, sí, aún pueden oírlos y verlos por Oviedo, en el Campo de San Francisco, a las 18 horas. Con o sin iluminación.
MANOLO D. ABAD
Foto: M.D.A.
Publicado en el diario "El Comercio" el miércoles 6 de diciembre de 2017