Cuando tus arboles
treparon por mis ojoscreció mi esperanza.Los caminos húmedos,tu viento extranjero,era inevitable que nos conociéramosDurante un sueñopequeño dragón rojodanzaste en mi.
La noche involuntariase sentó sobre mi piedray mi realidad se vino abajo.
La luna cayo verticalsobre la verdadamasando su respuesta.
Ya no habrá vino, ni vendrá sonido algunoa nuestro encuentro.
No crecerán las hierbassolo se esparciráncenizas huidizas, arrancadas por el viento.
¿Que haré con este amor?que fue primero fuegocrepitando a la orilla de mi suelo.
Apagare esta estrellapara que no surque los cielosresignada y sin consuelo.
Yo apagare en mi almatodo vestigio de tormentaabriré las esclusas.
Esperare nuevos pájarosy en dos tiempos inventarecaminos nuevos.